Luiz Alberto llegó a Boca en 2010 y solo jugó durante cuatro meses. Fueron siete partidos oficiales en total y luego de eso se dio una abrupta salida del conjunto azul y oro. ¿Qué pasó? El defensor no tuvo problemas en contar la verdad y expuso totalmente a dos ídolos. En concreto, mencionó que la disputa entre Juan Román Riquelme y Martín Palermo afectó al vestuario: «No había un buen ambiente«.
En una entrevista concedida a Infobae, el brasileño dio detalles de cómo era el día a día en el plantel del Xeneize. «No había amistad entre Riquelme y Palermo. Era un vestuario raro y difícil de estar. Conmigo estaban tranquilos, no tuve problemas con ninguno. Nunca vi una pelea, tampoco un charla entre ambos, pero se notaba que no se llevaban. El entrenador no se metía ni hablaba con ellos, todos divididos», deslizó.
«No se hablaban ni se saludaban, pero en la cancha todo era diferente, porque los dos marcaban diferencias en el juego», continuó Luiz. Y agregó: «Yo no era ni de un grupo ni del otro, me quedaba tranquilo, apartado y junto a Claudio Morel Rodríguez. No tenía trato cercano con ninguno de los dos, cada uno estaba en su sitio. Cuando el entrenador entregaba los trajes, la ropa de entrenamiento, hacíamos fútbol».
Su salida
«Pero fuera del campo, cada uno tenía sus amigos. Nunca los vi charlar, pero en la cancha los dos se mataban», aclaró Alberto. Y manifestó: «No había un buen ambiente y se notaban las diferencias que existían entre Román y Palermo, que eran estrellas, dos futbolistas que tenían un ego muy grande dentro de Boca. Eso no ayudaba al equipo y no era bueno, principalmente para los chicos de la cantera que subían al primer equipo».
Para el brasileño, eso afectó al nivel del equipo en general: «Por eso no rendíamos en el campo de juego, porque esas diferencias no le hacían bien al conjunto, más allá de qué en el campo de juego dejaban de lado las diferencias personales. El clima fue muy malo en todos los sentidos». «Estaba siempre solo. En el vestuario, estaba aislado. Después del entrenamiento, me bañaba y volvía casa», cerró.