En el medio de un nuevo escándalo que lo tiene como protagonista, Sebastián Villa tomó una decisión. El delantero de Boca está acusado de «violación e intento de homicidio» por una expareja, que denuncia un hecho ocurrido en junio de 2021. Ante tanta especulación, y en la previa del duelo ante Racing de este sábado, el futbolista subió una polémica publicación a Instagram: «Gente estúpida, gente chismosa».
El colombiano subió la foto de la previa del partido de semifinales de la Copa de la Liga y utilizó la canción «Todos quieren a Raymond» del reggaetonero puertoriqueño Daddy Yankee como fondo musical. Pero el detalle que todos notaron fue la letra de ese tema como mensaje subliminal del atacante: «Yo soy figura pública, estoy expuesto a la crítica de gente buena, gente humilde, gente estúpida, gente chismosa, gente morona».
«Parásitos que le gusta hacerle daño a otras personas. Gente que te dan una crítica constructiva; gente mala, que no merece estar viva. Gente puerca, gente que brega al 100. Gente que simplemente no le caigo bien«, sigue la canción. Roberto Castillo, abogado de la denunciante, acusó: «Si no promovió la acción penal antes fue por temor y ahora quiere cerrar este ciclo, esta situación que vivió. Quiere buscar reparación y justicia en los juzgados».
El relato de la mujer denunciante
En la denuncia está el relato de la mujer, quien contó: «Entre lágrimas producto del golpe, él comienza a acariciarme el pelo, me seca las lágrimas y me empieza a besar». «Pero acto seguido me aprieta de vuelta la mandíbula con mucha fuerza, impidiéndome respirar por muchos segundos hasta que logré zafarme de esa situación. Y me muerde de manera violenta los labios. En esos momentos pensé que pretendía matarme», agrega.
«El denunciado comenzó a abusarme, propinándome algunos golpes. Y tapándome la boca con su mano, momento en el cual yo le realice algunos rasguños producto de querer salir de esa situación», narra la mujer. Y sostiene: «Él parecía estar disfrutando la situación, jugaba con la intensidad de su fuerza. Mientras me decía que deje la bobada y que no me vaya, aplicando mayor intensidad al agarrón de la pierna y bajándola para intentar convencerme».