Darío Benedetto y Marcos Rojo fueron desafectados de la concentración de Boca para el partido de Copa Argentina ante Ferro por un caso de indisciplina: no se presentaron a entrenar el domingo. Y Agustín Almendra hizo un movimiento inesperado en las redes: le dio «like» a varias críticas que recibió el «Pipa». Antonio Serpa, periodista partidario, atacó con todo al volante en TyC Sports: «Cabeza de termo».
«Lo preocupante, en tal caso, no es el resultado del partido con Ferro ni lo que hizo Battaglia, sino las faltas de Rojo y Benedetto, por un lado, y por el otro la actitud pendenciera y vengativa de Almendra que, lejos de sumar, sigue cavando su propia fosa y ojalá se vaya del club de una buena vez», dijo. Y agregó: «Lo de Marcos y el Pipa porque ser mayores no sólo no supone prebendas sino que aumenta las responsabilidades».
«Ellos son referentes para salir a hablar y también para dar el ejemplo. Aquello que pregonaba Guillermo Barros Schelotto de ser jugador de Boca las 24 horas tiene un sentido aun más profundo cuando se trata de un referente», reclamó el cronista. «Sobre todo porque si el que no cumple es el que está arriba, el mensaje desde el púlpito, como el que le dio Benedetto a Almendra en su momento, se desvanece. Se pierde», sostuvo.
Duro ataque a Almendra
Con respecto a Rojo y Benedetto, Serpa aclaró que lo considera una fuerte falta en términos de disciplina y respeto por los compañeros. «Ausentarse a una práctica por estar roto después de una joda nocturna también es una falta de respeto. Al técnico y a los compañeros. No está claro si ya pidieron disculpas adentro (no hace falta que las hagan públicas), pero si no lo hicieron, deberían», indicó.
Pero luego añadió: «No hay que dar lugar tampoco a que los cabeza de termo como Almendra se hagan eco en redes y les den likes a opiniones críticas (tal vez porque no tienen la capacidad de escribir las propias)». Y cerró: «El tiempo de este chico, lamentablemente, se terminó. Es malo para el grupo, irrespetuoso, ya demostró su soberbia y habrá que hacerle un monumento al que lo venda. Sencillamente porque el que lo compre, estará comprando un problema».