Roberto Abbondanzieri no solo es uno de los mejores arqueros de la historia de Boca y del fútbol argentino. También es uno de los futbolistas que más títulos ganó en el conjunto azul y oro. A lo largo de los años, el «Pato» fue agigantando su leyenda en el club de la Ribera. Y tal es así que ahora recuerda esa época con mucha alegría y por eso le salió una confesión que llenó de ternura a los hinchas: «Me da nostalgia».
«No miro las previas porque me dan cosa… Me siento todavía como ese jugador y me da nostalgia. Porque la previa, sacando los 90 minutos, es todo lo que tenés, la hora y media llegás antes, cuando salís a la cancha«, reconoció el Pato en ESPN. «La verdad que te sigue picando, que es lindo. Pasaron doce años del retiro y nunca volví a la cancha. Me gustaría ir al predio nuevo, que no lo conozco», agregó.
Su despedida de Boca
Además, el exarquero profesional recordó cómo fue su despedida del conjunto azul y oro después de tantos años de historia. En aquel entonces, el director técnico interino lo dejó afuera del equipo. «Mi último partido en La Bombonera fui al banco, en 2009. Mi último partido como titular fue en la cancha de Newell’s. Después el Chueco (Abel Álvez) no me quiere llevar, que lo saca al Negro Ibarra también», mencionó.
«Pero yo le dije que sí, que me quería quedar e ir al banco, aunque sea para despedirme», recordó Abbondanzieri. El motivo: su inminente salida rumbo al fútbol brasilero. «Porque ya me iba al Inter de Porto Alegre y no pude jugar ese partido. Yo había firmado para retirarme en Boca y tenía contrato hasta diciembre de 2010. Ya iba a cumplir 40 años y para mí era algo cerrado», manifestó.
La Intercontinental 2003
Además, Abbondanzieri recordó cómo fue la arenga que le dio Carlos Bianchi antes de los penales en la Copa Intercontinental 2003 frente al Milan. «Me dice ‘tanto que esperaste, porque estuve tres años detrás de Córdoba, que estaba en todas las definiciones del mundo. Fue algo así como ‘viste tontito que iba a llegar tu momento, hoy te vas a consagrar’. Pasó eso, teníamos estudiado como siempre, pero después puede cambiar. El abrazo antes de ir al arco fue de Carlos», señaló.