Javier Saviola fue una de las grandes apariciones futbolísticas que tuvo el fútbol argentino a fines de la década de los ’90. Estalló en River y luego tuvo una larga carrera en Europa. Incluso tuvo la oportunidad de jugar el Mundial de Alemania 2006 con la Selección Argentina, lo que ahora generó un divertido comentario suyo sobre Lionel Messi, con quien compartió equipo en aquel entonces: «No les cuento a mis hijos».
«En el 2006 nos quedó la espina, teníamos dos o tres jugadores por puesto en niveles altísimos, nos fuimos muy tristes porque nos podíamos haber clasificado a la final», manifestó el «Conejo» sobre aquel plantel que quedó afuera en cuartos de final con el equipo local. Y luego reveló entre risas un detalle de ese partido: «No les cuento a mis hijos que fui titular y que Messi iba al banco porque no me van a creer, je».
Jugar con Ronaldinho
Saviola tuvo el placer de jugar con Messi y Ronaldinho y por eso recordó cómo fue aquel privilegio que le dio el fútbol. «Ellos van a otro ritmo, Messi y Ronaldinho están adelantados, tienen un diagrama distinto de la cancha y están hechos para ser cracks. Uno está acostumbrado a jugar de una manera y con ellos tenés que jugar de otra, a veces no podía seguir la jugada porque no pensás que pueden hacer las cosas que terminan haciendo», dijo.
«Estuvimos juntos en Dubai y jugamos juntos. Ronnie es un fuera de serie, la gente se vuelve loca, hacía cosas que no las había hecho nadie, daba pases de espalda. Fue uno de los jugadores que más me ha sorprendido dentro de una cancha», manifestó Saviola sobre el crack brasileño. El atacante argentino jugó cuatro temporadas en el Barcelona de España y luego se fue al Real Madrid, donde estuvo dos años.
Sobre Ronaldinho, Saviola mencionó: «Siempre tenía una sonrisa dibujada y para él era como que no existía una presión, vivía todo con alegría, las anécdotas las guardamos para lo privado. Ronnie vivía a mil y en la cancha era increíble». Y aseguró: «No encontrábamos explicación de cómo hacía para seguir jugando a un gran nivel: llegaba, hacía tres goles y lo ovacionaba toda la cancha».