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Un exjugador de Inglaterra se negó a cambiar camiseta con Maradona en México 1986 y ahora se lamenta

Un exfutbolista inglés reveló que el astro argentino lo fue a buscar ni bien terminó el partido. Y dio detalles.

Diego Maradona
Diego Maradona y el gol a Inglaterra.

El partido de cuartos de final del Mundial de México 1986 entre la Selección Argentina e Inglaterra pasó a la historia por múltiples razones. Diego Armando Maradona fue la gran figura de ese encuentro y marcó dos goles que quedaron marcados a fuego: La Mano de Dios y el Gol del Siglo. Ahora, muchísimos años después de aquella jornada, un exjugador inglés se lamentó porque se negó a cambiar camiseta con Diego.

Tras la venta de la camiseta número 10 que utilizó Maradona en aquel encuentro, por la que se pagaron 7 millones de libras, se publicó un libro con la historia. Se llama «The Story of the Seven Million Pound Shirt» («La historia de la camiseta de las 7 millones de libras») y recopila testimonios y detalles nunca antes contados de aquel partido mundialista que pasó a formar parte de la historia del fútbol.

Allí Terry Fenwick confesó: «Maradona recurrió a mí después del partido para intercambiar camisetas, pero yo estaba destrozado, muy molesto y desmoralizado. Quedamos fuera del Mundial por una mano«. Y luego agregó: «Hodgie (Steve Hodge) dijo repetidamente que no la iba a vender. Era del momento más polémico de la historia del fútbol. Me hubiera gustado beneficiarme, pero antepongo el país y el fútbol a la ganancia personal».

El Gol del Siglo

Fenwick sostiene que se dio cuenta desde un primer momento que Maradona metió el primer gol del partido con la mano. «Fui el único que persiguió al árbitro hasta la línea media protestando el gol. Pero luego me di la vuelta bruscamente cuando el árbitro metió la mano en su bolsillo porque pensé que podría ser una tarjeta roja», manifestó. Eso sí: solo tuvo elogios para el segundo gol, que según él lo agarró descolocado.

«Obviamente estaba muy conmocionado en ese momento por la Mano de Dios. Hubo unos cinco minutos entre una mano obvia y el gol que todos ahora llaman el mejor de todos los tiempos en la Copa del Mundo», sostuvo. Y cerró: «Estábamos en estado de shock. Miren las imágenes de televisión del segundo gol, estábamos por todos lados: la estructura y la formación del equipo simplemente no existían. Todavía estábamos tambaleándonos».