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ESPECTÁCULO

«De todo un poco»: Gustavo Conti reveló lo que vivió en uno de sus trabajos

El exparticipante de Gran Hermano dejó a todos los presentes con la boca abierta.

El exparticipante de Gran Hermano dejó a todos los presentes con la boca abierta.

No se guardó absolutamente nada y lo quiso contar delante de las cámaras. Gustavo Conti, uno de los participantes más reconocidos y recordados de Gran Hermano, estuvo presente en la pantalla de Telefe. Allí, sin rodeos, contó una situación que vivió años atrás, cuando trabajaba en un hotel alojamiento, antes de saltar a la fama.

“Yo trabajaba en un hotel alojamiento, fui conserje muchos años. En un hotel no convencional porque podían entrar de a varios. Un día atendí 14 orientales juntos, chinos o japoneses, no sé», comenzó manifestando dejando a todos con la boca abierta e inmediatamente fue por más. “Domingo de lluvia, se caía el cielo abajo”, lanzó.

“Yo estaba ahí mirando la tele, muy cómodo, no pasaba nada en el hotel y me tocan el timbre. Me dicen ‘Hola, vengo de parte de Germán’. ‘Mirá, flaco, acá no hay ningún Germán’, le dije yo y me respondió ‘¿No tiene una habitación acá, Germán, preparada?’ y yo les dije que no. Así, fueron cayendo los chinos, en un momento tenía 10 chinos en la puerta. Todos hombres que preguntaban por Germán hasta que llegó Germán”, apuntó Gustavo Conti.

“Yo no dejé entrar a nadie. Este tal Germán me dijo que tenía una reserva y no tenía nada. La habitación más cara pidió el chino, la más salada de todas. Un duplex muy lindo. Pantalón chupín, gorrita y anteojos negros. Llovía y el tipo con anteojos negros, un fenómeno. Entraron todos los chinos juntos a la habitación y se quedaron hasta el otro día. Pidieron champagne, hicieron un desastre… Se fueron y pagaron una montaña de plata», afirmó el actor.

“Me llama la mucama y me dice si puedo subir a ver la habitación. Había papel picado por todos lados, juguetes colgados por toda la habitación. Un olor a comida… no me preguntés porqué. Habrán hecho de todo un poco, había drogas también en la mesita de luz. Yo creo que el olor a comida era por el sudor de ellos. La habitación estuvo 3 días ventilándose, sin poderse usar», sentenció Gustavo.

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