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ESPECTÁCULO

Florencia Torrente contó que perdió un trabajo por un cambio en su apariencia

La actriz habló de un mal trago que se llevó cuando tan solo era una adolescente.

Flor Torrente
Flor Torrente

Florencia Torrente tiene un amplio recorrido en la industria del entretenimiento a pesar de su juventud. La hija de Araceli González comenzó como modelo cuando era adolescente y, en ese momento sensible de su vida, contó que sufrió discriminación en un momento que su físico cambió por una cuestión de salud.

De hecho, la artista desarrolló su historia en el programa de Andy Kusnetzoff el sábado pasado en Telefe: “»La interna de esta historia es que yo desde los 18 hasta los 19 años, tenía muchas situaciones familiares y personales que me generaron mucho estrés, angustia y cambios físicos. Yo había empezado a laburar porque en mi casa mis padres me enseñaron la cultura del trabajo entonces arranqué a laburar a los 15 años. Empecé a ahorrar para viajar y estudiar o para comprarme mi auto”

«Y de pronto, me contrataron para hacer una campaña y yo tuve un momento en el que tuve que tomar medicamentos por hormonas, por problemas ginecológicos y estrés de la vida y me cambió muchísimo el cuerpo de una semana a la otra. Tuve un cambio hormonal muy fuerte y el cuerpo cambió. Entonces ese trabajo que tenía una semana, a la otra semana cuando me presenté me lo quitaron porque estaba gorda», agregó ante la atenta mirada del resto de los invitados. 

Y recordó la repercusión de su caso: “Se hizo algo muy grande. Yo tenía 18 años con lo que significa tener esa edad, con todos los quilombos que uno tiene en la cabeza, sumado a hormonas en tu cuerpo y el no entender absolutamente nada de la vida. Y de pronto prender la tele y que digan ‘A la hija de Araceli la discriminaron por gorda'».

“Yo en aquel entonces estaba muy triste internamente por cosas que me pasaban a mí que se reflejaban en mi cuerpo, como cualquier persona. Y yo creo que lo más difícil de todo eso fue el trabajo interno que uno tiene que hacer. Yo iba a bailar y en la calle me miraban y me decían ‘ay, no sos gorda’ y no sabés lo que a mí me pega lo que vos me estás diciendo porque eso habla de que todavía yo no estoy bien. La gente siempre va a decir cosas, tenemos que aprender que nuestro cuerpo es nuestro, seas del género que seas y que la gente tiene que cerrar la boca», concluyó.