La pelea entre Darío Benedetto y Carlos Zambrano tomó por sorpresa a todos en Boca. En el entretiempo del partido contra Racing los dos jugadores se cruzaron y terminaron siendo sancionados por los dirigentes con dos partidos sin participar. Julio Marchant, quien conoce bien al club de la Ribera, criticó la forma en la que se supo todo lo que pasó: «No se cuidan los detalles».
En su charla con Infobae, el exfutbolista del Xeneize comparó la actualidad con su época y marcó la gran diferencia. «Todo se magnifica. Hoy en Boca se sabe todo lo que pasa, me doy cuenta. Antes, lo que sucedía en el vestuario no trascendía. Es difícil manejar esa situación porque sale todo a la luz y no se cuidan los detalles. Por ejemplo, tras una pelea entre dos compañeros se conoce quién pegó primero», dijo.
«En mi época, había jugadores de experiencia que habían vivido ese tipo de situaciones y sabían cómo manejarlas para que no salga nada. De esa manera, los más chicos nos apoyábamos en los más grandes», agregó Julio. Y sostuvo: «Desde chico pude percibir y darme cuenta de cómo se manejaba la interna del club. Aprendí de chico a comportarme en la pensión para que, a la hora de hacer los primeros pasos como profesional, correr con esa ventaja de conocer el mundo Boca».
Su debut en Boca
«Carlos Bianchi me dio la posibilidad. Llevó a un grupo de jugadores de la Reserva a la Posadas de los Pájaros en el 2000. En ese momento, Diego Cagna se va a jugar al Villarreal de España, que era el titular en mi posición. De esta manera, el Virrey me dio la oportunidad y por suerte todo salió bien», recordó Marchant. «A partir de ese día, jugué Copas Libertadores y el torneo local junto a comprovincianos míos con Alfredo Moreno y el Pelado Pérez, que cumplimos el sueño de vestir la Azul y Oro. Fue maravilloso», añadió.
Sobre el Virrey, solo tuvo elogios: «Es un técnico que tenía la facilidad de motivar al plantel. No había un futbolista que no quisiera ir a entrenar porque entendía que si hacia bien las cosas, iba a tener su oportunidad». «Eso le generaba a los jugadores y era una virtud del entrenador que al final quedó demostrado en encuentros puntuales, cuando les daba chances a algunos de mostrarse y estos sabían aprovecharlas», aseguró.