Tras haber sufrido la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha durante el duelo contra Sarmiento por la fecha 25 de la Liga Profesional, Marcos Rojo fue intervenido quirúrgicamente por el doctor de Boca. El defensor pasará la noche internado y mañana regresará a su hogar para comenzar la recuperación que le demandará entre seis y ocho meses.
En este contexto y con partidos decisivos por delante, Hugo Ibarra debe encontrar variantes dentro del plantel. El miércoles en el Bosque, para finalizar el partido incompleto ante Gimnasia a causa de los incidentes, la zaga central Xeneize estará compuesta por Facundo Roncaglia y Carlos Zambrano. Dos de las pocas posibilidades a las que puede recurrir el DT en la última línea.
Nicolás Figal sigue sin recuperarse plenamente de la lesión que sufrió en su rodilla derecha ante Lanús el 14 de septiembre y Gabriel Aranda estaría relegado por motivos extra futbolísticos. El Pola habría faltado a un entrenamiento justificando que se iba a realizar estudios médicos por un dolor, sin embargo, el juvenil no apareció en la clínica. Como última opción está Agustín Sández, quien debería pasar del lateral izquierdo al medio de la defensa.
Los posibles refuerzos de Boca en esa posición
Teniendo en cuenta que el Rojo podría volver a las canchas en junio del 2023, es decir, en el segundo semestre y sin disputar la fase de Grupos de la Copa Libertadores, en Boca irían a buscar uno o dos centrales. Por el momento, Willer Ditta es uno de los nombres que sonó como candidato en ese puesto. Casualmente, el defensor de Newells le marcó un gol al Xeneize el domingo por la fecha 26.
El «Killer» está a préstamo en el conjunto rosarino, pero su pase pertenece a Junior de Barranquilla. De hecho, en enero del 2023 debe regresar a Colombia. Habrá que ver si la Lepra intercede o por su parte el Consejo de Fútbol intenta seducir al defensor de 24 años. En la carpeta del club de la Ribera también estarían Leonardo Sigali, de Racing, Adonis Frías de Defensa y Justicia, y Lucas Merolla, de Huracán.