El pasado primero de septiembre, la vicepresidente de la Nación, Cristina Kirchner, fue atacada cuanto intentó entrar a su departamento de Recoleta. A raíz de eso, se desató una ola de investigaciones al respecto y se encontró a Revolución Federal, una organización que se dedica a realizar protestas contra el Gobierno y cuyo líder es Jonathan Morel.
En este marco comenzaron a investigar de quién se trataba y sus roles dentro de las marchas. Al profundizar sobre él, encontraron que recibió pagos millonarios de la firma Caputo Hermanos, con la cual tendría lazos cercanos. Ante esto, el juez federal Martínez De Giorgi ordenó allanar los domicilios de ambas personas para recolectar pruebas.
«Corresponde disponer el registro domiciliario a realizar en el día de la fecha en el edificio cuya construcción tuviera por objeto el fidecomiso Espacio Añelo, ubicado en la intersección de la Ruta Provincial 7 y 17 de la localidad de Añelo de la provincia de Neuquén, a los fines de lograr inspeccionar las unidades que conforman dicha edificación, únicamente con el objeto de determinar a través de aquel procedimiento de inspección, si en aquellas se registra la totalidad del mobiliario descripto en el remito de fecha 16/08/22, aportado por Caputo Hermanos el pasado 19 de octubre», sostiene la resolución que difundió Télam.
La finalidad de este procedimiento es tratar de esclarecer los vínculos entre Morel y Caputo Hermanos S.A. En cuestión, buscarán profundizar sobre si ese dinero realmente se usó para financiar a Revolución Federal que posteriormente protestó contra Cristina Kirchner o si efectivamente se trató de un trabajo de carpintería como señaló el acusado.
Los cargos contra Revolución Federal
Jonathan Morel, Leonardo Sosa, Sabrina Basile y Gastón Guerra están en libertad aunque procesados bajo la acusación de llevar adelante «un plan criminal, que tuvo por objeto imponer sus ideas y combatir las ajenas por la fuerza o el temor» contra Cristina Kirchner y parte del Gobierno. Detalle no menor es que en sus manifestaciones llevaban antorchas y guillotinas como objetos más distintivos y eso es lo que más sorprendió a la Justicia.
