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Pepe y Cristiano Ronaldo, una amistad que inspira a Portugal

Los jugadores están en el tramo final de su carrera y siguen siendo grandes compañeros.

Cristiano Ronaldo
Foto de FIFA.com

Pocos son los jugadores que en el tiempo reciente han logrado convertirse en símbolos de la Selección de Portugal, pero sin dudas están en ellos el emblemático Cristiano Ronaldo y Pepe. En 2002, cuando empezó a despuntar con el Marítimo de Funchal, el defensor acababa de llegar a Portugal y venía de superar una lesión que lo había tenido más de tres meses con una pierna enyesada.

El zaguero de origen brasileño destacó primero con los juveniles, después con el filial y, finalmente, en el último tramo de aquella temporada, con el primer equipo. Aquello fue suficiente para que la entonces joven promesa se hiciese un nombre en Funchal, la capital del archipiélago portugués de Madeira, y conociese a personas como José Dinis, un hombre que trabajaba cerca del campo del Marítimo y que, junto con su esposa Dolores Aveiro, no paraba de hablar de su hijo Cris, quien jugaba en el Sporting de Lisboa.

Aquel mismo año, Pepe suscitaría el interés del club lisboeta, que lo llamó en verano para una prueba. Casualmente, el central terminó compartiendo habitación con aquel Cris del que Dinisy Dolores tanto hablaban. Aquella fue la primera vez que ambos jugadores se cruzaron. Dos décadas después, los dos se preparan para afrontar su cuarta Copa Mundial de la FIFA juntos.

La gran amistad que une a Pepe y Cristiano Ronaldo—que se conocieron en el Sporting, compartieron vestuario en el Real Madrid y ahora buscan el título mundialista en Catar— es una de las más longevas del planeta fútbol y, sin duda, la más famosa de la selección portuguesa. Los dos internacionales, que suelen ser inseparables en los entrenamientos, ejercen un liderazgo sin parangón en el combinado que dirige Fernando Santos.

Pepe acabó en el estadio José Alvalade de Lisboa después de que el Sporting fichase al mediapunta Danny, otro de los jugadores que destacabanen el Marítimo,y preguntase de paso por el zaguero.

“Cuando empezó a jugar con los juveniles, Pepe se convirtió en titular indiscutible de inmediato. Posteriormente pasó al filial, y no desaprovechó la oportunidad cuando tuvo ocasión de dar el salto al primer equipo. La verdad es que ya por entonces se veía que iba a convertirse en uno de los mejores defensas del mundo. Cuando me marché al Sporting, llegué una semana antes que Pepe, así que le eché una mano, porque se lo merecía”, revela a FIFA+ Danny, que jugó la Copa Mundial de la FIFA 2010.

Decidido a contratarlo en vista de los informes positivos que recibía sobre el jugador, el Sporting hizo viajar a Pepe, pero después de dos semanas desistió en su intento de fichar alcentral luso-brasileño. El entonces técnico del club, el rumano László Bölöni, culpó a la prensa local. Pepe hizo tan buen papel en la pretemporada que su precio no tardó en dispararse.

“Además de Danny, trajimos a Pepe con la idea de sustituir a Phil Babb. Jugamos varios amistosos y Pepe brilló con luz propia en todos ellos. Ocurrió que los periódicos elogiaron su rendimiento, y el problema fue que los directivos también leían esos periódicos”, recuerda Bölöni.

“Ya no tuvimos opción alguna de ficharlo, porque el Marítimo pasó a pedir dos o tres veces más por él, así que Pepe volvió a Funchal y dos años después se fue al Oporto”, añade. De este modo, tras un breve paso por Lisboa, Pepe y Ronaldo siguieron caminos diferentes en el inicio de sus respectivas carreras.

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Pepe y Ronaldo han ganado 15 títulos juntos. Nuestros protagonistas volvieron a encontrarse en la selección portuguesa en 2007, cuando Pepe recibió por primera vez la llamada del combinado nacional. A partir de entonces, los dos internacionales no dejarían de coincidir sobre el campo con frecuencia, y los lazos que los unían se verían reforzados por las ocho temporadas que ambos compartieron en las filas del Real Madrid.

“No me sorprende en absoluto, porque, en el día a día, Pepe es lo que parece: una persona muy humilde y amable. Sé de lo que hablo porque lo conozco desde hace muchos años, lo he visto crecer y puedo decir que sigue siendo el mismo que llegó a Madeira, lo cual resulta digno de elogio, porque, después de todo lo que ha ganado a lo largo de su trayectoria, perfectamente podría haber ocurrido que se le subiese algo del éxito a la cabeza, pero no ha sido así”, revela Danny.

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