Muy fuerte. Así fue lo que decidió compartir en las últimas horas una de las artistas más queridas y reconocidas del mundo del espectáculo de nuestro país. Fue en sus redes sociales, más precisamente en su cuenta de Instagram, donde la humorista y conductora Lizy Tagliani, dejó una profunda reflexión delante de cada uno de sus seguidores.
«Cuando era pequeña en mi barrio, San Miguel de Burzaco, referirse al otro como feo, put*, pobre, rengo, boliviano, mogo, put*, gordo, negro y muchas palabras más, era nuestro lenguaje cotidiano. Pero claro, no siempre estaríamos en ese barrio, algún día teníamos que salir, pues nos esperaba el mundo, ese que soñábamos mientras jugábamos a las bolitas», comenzó señalando.
«Yo era dueña de un montón de esas palabras, me las apropié, creí en ellas me fortalecieron y al salir de ahí las usé como arma de defensa, y hasta forjé un destino con ellas, que por algún tiempo fueron hasta graciosas. Un día ya en mi peluquería en un barrio muy paquete, ese que había soñado, lleno de gente preparada que tenían todo, llenas de oportunidades, me di cuenta de que usaban las mismas palabras que yo», afirmó Lizy Talgiani, quien comenzó a dar ejemplos sobre las vidas en su barrio.
Contundente
«Me dije ‘somos iguales, soy una reina, una genia’, pero con el pasar del tiempo mi arma se volvió frágil, se quedaba sin municiones, mis palabras no tenían peso por sobre la de ellas que sonaban como disparos de cañones y me atravesaban el alma el corazón. Claro, ellos no eran como y, yo era el 90 % de todo eso», aclaró.
«Y un día allá en Burzaco mientras tomaba mates con la tía Norma, le pregunté: ‘tía, y el boliviano de en frente, al Sergio lo mataron en la ruta, y la Chicha (con síndrome de down) la falleció en pandemia, pobre chicha nunca ni siquiera fue a la escuela, ¿y del Demetrio se sabe algo? Al negro lo mataron porque lo confundieron con un ladrón, y la Gimena, ella está re bien se caso con un millonario, no volvió más, le manda plata a los hijos que quedaron con la abuela porque el señor no se los dejó llevar. Y la gorda Laura? Estaba anémica (risas) murió después de un aborto'», lanzó.
«Mis armas de pequeña me abrieron el mundo, las mismas armas que mataron a mis pares y que nunca los dejaron salir de allí. Ese arma se llama discriminación. Debe existir en todos los estratos. Entonces para no seguir matando al negro, pobre, cheto, lindo, feo, es importante mirarnos a los ojos y reconocernos personas. Respetar es la columna más fuerte para sostener este mundo, pero no es magia, se enseña, se transita, se transmite. Por eso a quienes tengan niños cerca enséñenles respeto por el otro para que mañana no los llamen asesinos», sentenció Lizy Tagliani.
