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Leandro Gracián, sobre la relación con los jugadores de Boca: «A veces las cosas no se dan»

El ayudante del Negro Ibarra contó cómo fue el proceso de trabajo en el Xeneize.

Leandro Gracián
Twitter oficial Boca

Leandro Gracián, uno de los asistentes técnicos de Hugo Ibarra en el ciclo que recientemente finalizó en Boca, participó de una entrevista en el programa F90 de Espn. El exfutbolista rompió el silencio y contó cómo fue el proceso de trabajo en el Xeneize y cómo era la relación del cuerpo técnico con los jugadores del club de la Ribera.

Ante la consulta de por qué los futbolistas no les reaccionaban, Gracián contestó: «Es difícil ser jugador de Boca. Se juega con mucha estrés y presión. Yo hablaba mucho con ellos y les mostraba los videos, pero después las cosas no salían como las habíamos planificado, no podían resolver esas situaciones. Tiene que ver con la función muestra y con lo que hablamos con ellos. Los rivales siempre entregan el 100% contra este club» 

«Hoy hay muchas más herramientas y plataformas para ofrecerles a los jugadores que cuando yo era jugador y nosotros se las ofrecimos a los jugadores. La planificación era constante y trabajamos mucho. Nuestra función era darle una idea de juego al equipo y trabajar para conseguirla, pero no hubo constancia en los partidos. El futbolista te toma examen todo el tiempo y nosotros les exigimos también a ellos», continuó el Tano.

«Cada entrenador tiene su metodología de trabajo. Nosotros les dábamos las mejores herramientas a los jugadores. Los contenidos de los entrenamientos y los planes de juego se ponían en práctica, pero en el campo de juego no se reflejaba lo que hacíamos en la semana y eso es responsabilidad tanto del técnico y el equipo de trabajo como de los jugadores. Quiero aclarar que nosotros trabajamos mucho porque algunos creen que solamente nos juntábamos a comer asado», agregó Leandro.

Por último, el exfutbolista sentenció: «Hugo Ibarra tomaba todas las decisiones en lo deportivo. Con Pompei le sugeríamos cosas y le presentábamos contenidos para trabajar. Román nunca se metió con esas decisiones, eso hubiera sido una falta de respeto con el entrenador. Él se enojaba porque quería que el equipo jugara mejor, pero nunca entraba al vestuario».