El sector automotriz de la Argentina enfrenta una situación preocupante con el inminente aumento del impuesto a las importaciones promovido por Sergio Massa. Concesionarios de diversas marcas se preparan para recibir listas de precios actualizadas, con incrementos que pueden llegar hasta el 10%. Esta alza se atribuye a las últimas medidas gubernamentales que han encarecido las importaciones, impactando directamente en el costo de los vehículos para el consumidor.
Según datos de la agencia NA, adquirir un auto 0km en Argentina implica desembolsar un monto considerable, ya que el precio inicial parte desde los $5 millones. Tomando como referencia el modelo más económico en julio, el Toyota Etios, es probable que en agosto experimente un aumento cercano a los $5,5 millones, lo que refleja la creciente presión inflacionaria que enfrenta el país.
El mercado de vehículos 0km ha estado sometido a constantes incrementos en los últimos tres años, impactando negativamente en el poder adquisitivo de los consumidores. Esta tendencia se acentuó en 2021, donde el índice de precios al consumidor trepó un 50%, mientras que el aumento promedio de los automóviles alcanzó un 65%.
No obstante, en el presente año, el panorama se tornó más desafiante debido al aumento de los controles de importaciones, impulsado por la caída de las reservas del Banco Central. La devaluación selectiva implementada por el Gobierno generó la necesidad de una rápida modificación en las terminales automotrices para determinar los nuevos precios de agosto.
Más impuestos a las importaciones, más aumentos
Este ajuste del 25% de impuesto a los bienes importados también afecta significativamente la industria automotriz local, ya que un alto porcentaje de vehículos fabricados en el país dependen de autopartes importadas, cuyos costos también se han incrementado en un 7,5%. Las principales marcas del mercado, como Toyota, Chevrolet y Stellantis, han anunciado ajustes en los precios, aunque en distintas fechas y magnitudes.
Los aumentos van desde un 3% hasta un 10%, reflejando la complejidad de la situación económica actual y la necesidad de adaptarse a las circunstancias cambiantes. Sin embargo, desde el Gobierno se envían señales a las terminales automotrices sobre la «conveniencia» de posponer los ajustes hasta después de las elecciones primarias. Esta estrategia busca mitigar el impacto en el electorado y evitar un efecto negativo en el ámbito político.
El mercado automotriz argentino enfrenta una coyuntura desafiante, donde la inflación, la devaluación y los controles de importaciones se combinan para generar incertidumbre en los precios de los autos. Los consumidores deberán afrontar el desafío de adquirir un vehículo 0km en un contexto de constante aumento de precios y ajustes económicos.
