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POLÍTICA

Denuncian negociado de Malena Galmarini por 127 millones de dólares

El diputado Ricardo López Murphy fue quien radicó la denuncia por el supuesto direccionamiento de fondos a favor de un amigo de Sergio Massa

La campaña electoral del precandidato presidencial Sergio Massa tambalea ante un nuevo escándalo en torno a una nueva acusación en su entorno. En las últimas horas, se realizó una denuncia contra su esposa y titular de AySA Malena Galmarini por un supuesto direccionamiento de fondos valuados en 127 millones de dólares. La polémica no es en torno a los números, sino a los favoritismos: el ganador resultó ser un amigo cercano al matrimonio. Ricardo López Murphy, diputado por Republicanos Unidos, hizo un pedido de informes por esa maniobra.

Mauricio Filiberti, dueño de Transclor, una planta química especializada en el sector petroquímicos, se impuso en el concurso que ofreció AySA para realizar el mantenimiento de la planta de policloruro de aluminio en Bernal. Si bien es un histórico proveedor del organismo, lo que señala la denuncia es el carácter taxativo de la licitación. Esta convocaba sólo a fabricantes de policloruro de aluminio sin dar lugar a empresas proveedoras de otros compuestos.

Al ser una licitación que no admitió otras alternativas, como podría haber sido una empresa fabricante de sulfato de aluminio, el amigo del matrimonio se aseguró un lugar en la empresa que podría extenderse hasta 2029. Debido a este negociado, López Murphy y Malena Galmarini mantuvieron un cruce por Twitter el 16 de marzo. Allí, el precandidato a jefe de Gobierno porteño le ordenó la anulación de la licitación, cosa que la funcionaria no realizó.

Los amigos privilegiados de Sergio Massa y Malena Galmarini

Acorde recordó LN+, Filiberti, también conocido como «el rey del cloro», ya había ganado en el mes de abril la compulsa técnica. El 29 de junio, ganó la puja económica. La otra empresa postulante, Productos y Procesos Ecológicos (PPE), no cumplía con los requisitos de la licitación. Ninguna otra compañía tuvo lugar en la presentación.

Asimismo, la discusión por la arbitrariedad de los concursos y contratos data desde hace varios años, cuando todavía AySA era manejada por el grupo francés Suez. Antes de su estatización, se realizaban mantenimientos con sulfato, pero tres años después de que el expresidente Néstor Kirchner cambiase al concesionario. La justificación fue el alto costo internacional del sulfato de ese momento.

Así, el exmandatario le dejó la operación y un 10% de la propiedad al Sinficato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias. Por decisión de José Luis Lingeri (quien todavía conduce el sindicato), la empresa se pasó al policloruro y firmó con Filiberti como proveedor.

La acumulación de antecedentes y los trabajos con funcionarios ligados directamente con la política hacen de Filiberti un oferente poderoso ante el resto de sus competidores. Sin embargo, AySA podría ahorrarse un 30% de los USD 127 millones que negociaron en el concurso, pero los notorios favoritismos de Malena Galmarini y su relación cercana con el empresario parecen ser más importantes que el ahorro del gasto público. Por ello, casi no hay dudas de que habrá una denuncia que hará trastabillar la ya criticada postulación presidencial del ministro de Economía.

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