Sebastian Villa le envió una carta documento a Boca desde Colombia, donde se encuentra radicado actualmente. En la misma, afirmó que se fue a su país natal con permiso del propio club y manifestó que retornará a la Argentina a mediados de julio. Desde el Xeneize mantienen que el permiso no existió y temen por una estrategia contractual del futbolista.
El ida y vuelta entre las partes había comenzado algunas semanas atrás, cuando el delantero de 27 años intimó al club de La Ribera para quedar libre después de que lo separaran del plantel por su condena a dos años y un mes de prisión por violencia de género contra su expareja Daniela Cortés. En este contexto, Boca había rechazado el pedido del atacante al asegurar que se había ido a su país «sin autorización».
Puertas adentro de Brandsen 805 sostienen que el permiso de emigrar nunca existió y que el colombiano tomó la decisión de manera unilateral. Además, indicaron que el hecho de que no sea considerado en el equipo se debe a una resolución del entrenador Jorge Almirón. Este es un tecnicismo considerando que desde el Xeneize se tenía prevista esta medida en caso de que la justicia falle a favor de Cortés.
Cabe destacar que a pesar de que Boca ya comunicó que Villa no jugará más con la camiseta azul y oro. Los dirigentes tienen decidido no rescindirle el contrato que se vence en diciembre de 2024 para evitar una causa por despido discriminatorio. Por eso, el objetivo es buscarle una salida junto a su representante en este mercado de pases, algo difícil considerando su situación.
La estrategia de Sebastián Villa
En esta línea y asesorado por un abogado laboral, su idea sería ser agente libre para arreglar con cualquier otro club por poca plata. Esto podría compensar el alto riesgo que implica su delicada situación judicial, con una condena y otro juicio oral por venir (lo cual podría derivar en una prisión efectiva). El colombiano puede jugar en cualquier club del mundo porque la sentencia no está firme y esto no le inhabilita sus derechos laborales, pero el problema reside en que pocas ligas se arriesgarían a contratarlo.
