Hace algunas semanas, L-Gante visitó PH y su participación generó polémica tras una reacción del músico frete a una serie de preguntas sobre su vida privada. Las repercusiones continuaron y Analía Franchín decidió indagar a su compañera de A la Barbarossa, Pía Shaw, que estuvo invitada junto L-Gante en PH. Allí señaló que el músico estaba “re puesto”, palabras que Beto Casella no toleró y decidió responder.
“Cuando L-Gante vino acá se sintió cómodo y volvería la semana que viene. Porque lo tratamos como a cualquiera, no le hicimos esa cosa de hacerlo sentir diferente”, expresó el conductor. Además, recalcó: “A mí me pasa que cuando lo veo en la tele, siento que tienen con él un prejuicio de clase. Está en el aire”. Luego, una pregunta de Tamara Pettinato derivó en la picante declaración de Beto Casella sobre Franchín.
“Yo lo que no entiendo es por qué Analía Franchín deja entrever que L-Gante estaba drogado”, consultó la panelista. Ahí, Beto Casella sentenció: “Por falta de recursos. Franchín se ve que hace años que hace tele, pero hay cosas que no las aprendió ¿Qué necesidad hay? Primero, que no tengo por qué creerle y segundo, si alguien le contó que ‘parecía que no estaba apto’, no es para decirlo, es un tema personal del pibe”.
Beto reveló información sobre la producción de PH
PH viene de semanas de estar en el centro de varias polémicas por preguntas incómodas y cruces entre sus invitados. En este contexto, Beto Casella analizó el momento que vive el programa de Andy Kutneszoff. “Dicen que está cambiando un poquito ahora el formato, pero que le están buscando la vuelta. Porque hay tanta crítica que tuvieron que reverlo un poco”, señaló el conductor.
Luego, Beto Casella agregó: “Por otro lado, hay gente que parece haber descubierto la pólvora con esto de ‘lo arma la producción’. Esto pasa desde Lía Salgado para acá. Después te puede gustar o no”, sentenció. Cerrando con su análisis, el conductor de Bendita precisó: “También hay una guerra sorda entre el universo de los programas de espectáculos (…) que no les gusta el ninguneo de los conductores ‘cool palermitano’. Los miran despectivamente por arriba del hombro, pero que después es como que hacen lo mismo pero con otra pilcha y otro decorado”.
