Gustavo Sáenz se expresó a favor de las políticas que está llevando a cabo el Ejecutivo nacional. Sin embargo, el gobernador de Salta subrayó la necesidad de dialogar entre los gobernadores y Casa Rosada. Garantizó que la gran mayoría quiere colaborar en la senda del déficit cero y el equilibrio fiscal, pero mostró disidencias en el trato que hay contra los dirigentes provinciales.
El mandamás salteño insistió en conversar con los miembros del Gobierno nacional en medio de una tensión que no tiene tregua. Si bien Gustavo Sáenz no es el principal protagonista de la actual contienda, fue señalado en el traspié de la Ley Ómnibus. Pese a los cuestionamientos recibidos por Presidencia, el gobernador reafirmó que acompañó el proyecto de ley.
Al igual que muchos de sus pares, el gobernador de Salta negó que se exijan fondos. Por el contrario, el mandatario provincial pidió ser contactado para ser parte de una solución mancomunada: «Nosotros no queremos estar mendigando y estirando la mano en Buenos Aires para que nos den limosnas, queremos resolver los problemas”, indicó en TN.
“No conduce a nada esta pelea entre los gobernadores y el presidente; todos tenemos la responsabilidad de tener la suficiente madurez política, humildad y grandeza para sentarnos de una vez por todas en una mesa a dialogar, a consensuar», añadió uno de los gobernadores reelectos en las últimas elecciones.
Sáenz no se dio por vencido en la búsqueda de diálogos y consensos ya que «no significa corrupción», sino «democracia». “Voy a insistir por un acuerdo nacional. Esto hay que terminarlo de una vez por todas, nos tenemos que sentar, esto es la democracia”, verbalizó el gobernador de Salta.
A pesar de la tirantez entre provincias y Nación, Gustavo Sáenz reconoció como fundamental el «saneamiento» que está intentando hacer el Ejecutivo: “Entendemos que la situación es difícil, que hay muchos gastos que se hicieron y no correspondían, hay que acompañar y ayudar al Gobierno”, cerró el salteño.
