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POLÍTICA

En busca de un triunfo: Javier Milei se abre al diálogo para terminar con la racha negativa en el Congreso

Javier Milei comienza a definir un nuevo proyecto de ley sin antes escuchar a la oposición «dialoguista».

Gobierno nacional

Javier Milei comienza a definir un nuevo proyecto de ley sin antes escuchar a la oposición «dialoguista». Pese a mostrarse firme en su hoja de ruta, el Presidente no quiere tener otro traspié parlamentario. Al revés de la Ley Ómnibus se le sumó el rechazo del DNU en el Senado. Ambas Cámaras le dieron la espalda a las propuestas de Casa Rosada y el «diálogo» se volvió una herramienta obligatoria.

La exótica llegada de Javier Milei al sillón de Rivadavia comenzó a mostrar sus efectos inéditos. El libertario consiguió irrumpir en la política nacional de una forma nunca antes vista. Un puñado de años en el Congreso le bastaron para alcanzar el máximo poder en el Ejecutivo. Sin embargo, en sus primeros meses de gestión quedó expuesta su fortaleza discursiva como su debilidad política.

La división de poderes que ofrece la democracia le generó un sinfín de problemas a su proyecto presidencial. De todos modos, los principales inconvenientes los podría solucionar rápidamente si cambia su forma de «negociar». La Justicia y el Congreso le demostraron que -quizás- el país no es tan presidencialista como se planteó hasta antes de su llegada. A pesar de contar con un importante apoyo social, no le estaría alcanzando para encausar su idea socioeconómica.

En el Poder Legislativo como en el Judicial se exhibieron inquebrantables pese a la tozuda prédica del jefe de Estado. Por su lado, en el Ministerio Público le rechazaron la reforma laboral del DNU. A este fallo se le sumó la resolución de la Justicia Federal respecto al recorte de fondos a la provincia de Chubut.

El derrotero judicial siguió en el Congreso de la Nación. El primer resultado adverso ocurrió a fines de enero cuando la Ley Ómnibus regresó a comisión a causa del rechazo de algunos incisos por parte de la «oposición dialoguista». La mala racha siguió este jueves cuando el Senado se opuso, de forma numerosa, al DNU firmado en diciembre pasado.

Aunque el kirchnerismo consiguió el objetivo, el radicalismo también aportó para que la Cámara alta obstaculice el Decreto de Necesidad y Urgencia. Dejando a Martín Lousteau a un lado, los radicales que se opusieron instaron al Gobierno al «diálogo». Ya que el documento firmado por Javier Milei se aprobaba o rechazaba enteramente, decidieron rehusarse a acompañarlo. Asimismo rescataron puntos «importantes» para debatir -y aprobar-. Le advirtieron al Presidente que deje de actuar de forma «tirana» y envíe un proyecto en forma de ley.

DNU en Diputados: final incierto

La buena noticia para el Gobierno nacional es que el decreto sigue vigente. Hasta que no lo rechace la Cámara baja, sigue con el mismo estado que tenía hasta el jueves. Un DNU precisa de las dos cámaras para que quede obsoleto. También la Corte Suprema podría darle de baja, pero -hasta el momento- prefiere mantenerse al margen de los tironeos políticos.

Lo cierto es que, en la lógica, debería debatirse próximamente. Es simple, si el kirchnerismo está convencido en su triunfo, llamará a sesionar cuanto antes. Lo mismo ocurre con La Libertad Avanza. Si logran sumar adherentes, pedirán abrir el recinto y darle un final inesperado al DNU. Ahí, nuevamente, toman protagonismo «los del medio». Quien tenga más poder de convencimiento se llevará el triunfo. Los «dialoguistas» esperan un guiño del Gobierno, pero el justicialismo trabaja a destajo para robar los votos que precisa.

Cambio de táctica: el «consenso»

En el Ejecutivo tomaron nota de lo ocurrido en Diputados y en el Senado. El señalamiento a legisladores tras la caída de la Ley Ómnibus no surtió su efecto. Los senadores no temieron a que el Gobierno repita su procedimiento y, con una mayoría indiscutible, rechazaron el DNU. Esto desembocó en una nueva lectura del «juego político»: el consenso. Detestable para un «convencido» Javier Milei, pero inevitable.

La Casa Rosada se transformó en la sede en la que Guillermo Francos tiene la compleja misión de conjugar intereses. El ministro del Interior ya recibió a los gobernadores para marcar un camino que los lleve a todos a Córdoba el 25 de Mayo. El «Pacto de Mayo» como horizonte marcará una nueva -o no- política nacional.

Seguidamente, el experimentado funcionario dialogó, este viernes, con miembros del bloque radical en Diputados. También lo hizo con congresistas del PRO. Sin embargo la energía la gastó con los representantes de la UCR. Con el objetivo de sacar una Ley Bases de una vez por todas, escuchó a Rodrigo de Loredo, Karina Banfi, entre otros.

La próxima semana, Guillermo Francos será el anfitrión de Miguel Pichetto y los diputados que conforman al bloque de Hacemos Coalición Federal. Las negociaciones están a la vista. A pesar de que Javier Milei se resiste, está dispuesto a entablar un acuerdo con tal de avanzar en su plan económico. El 2025 queda lejos para tener una presunta mayoría en el Congreso.

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