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ESPECTÁCULO

La angustia de Miguel Romano frente a lo que sucedió con Susana Giménez: «Me clavó un puñal»

El expeluquero de la diva se mostró tajante al hablar de su distanciamiento.

Susana Giménez

Susana Giménez tiene una larga carrera en los medios de comunicación, y siempre tuvo al mismo peluquero, Miguel Romano. Sin embargo, durante la pandemia, al irse a Uruguay, decidió cambiar, por uno de los asistentes de su peluquero, generando el enojo de Miguel. Luego de un tiempo distanciados, Miguel habló en Mañanísima (El Trece) sobre lo que sucedió con la diva.

Durante un tiempo, Miguel Romano salió en varios medios contando el difícil momento que vivió luego de que Susana Giménez dejara de ir a su peluquería. Sin embargo, después se mantuvo alejado de los medios, hasta que el viernes visitó Mañanísima y contó cómo se siente frente al distanciamiento de la diva. «No la vi nunca más, no me llama por teléfono ni nada, no sé nada de ella«, expresó Miguel.

En ese momento, confirmó que hace dos años que no la ve a Susana y sentenció: «Si no me llama ella ni viene a la peluquería, ¿qué la voy a llamar? No la quiero molestar«. Sin embargo, luego explotó y gritó: «No se me canta llamarla, estoy muy enojado… Aparte tengo a mi mujer muy enferma y las dos cosas se me juntan. Tengo las pelotas bien puestas para no tirar todo a la mierd…«.

Posteriormente, Carmen Barbieri comentó que lo nota «enojado, pero dolido también, porque hay un cariño muy grande». A lo que el peluquero confesó: «Muy dolorido, entre la enfermedad de mi mujer y lo de ella… Que me diga ‘Miguel, estás muy grande’. ¿Sabes cómo nos despedimos? Me dio unos pesos en mi camarín, me dijo ‘tomá, ahora andate a tu casa a descansar’. ¿Te parece que es normal?«.

«Me sentí mal, y me siento mal… Porque, que me diga ‘Miguel no me gusta lo que me haces’, digo ‘bueno, tenes razón’, pero sigo siendo el mejor», sentenció el ex peluquero de Susana Giménez. Luego, comentó: «Esto es como que me clavó un puñal, era más feliz que esto«. Sin poder creerlo, Carmen expresó: «Ay Dios, lo que me decís, lo lamento mucho».