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ESPECTÁCULO

«Perdió la vida»: consternación y llanto en el programa de Carmen Barbieri por lo que se expuso en Canal Trece

La conductora fue parte de un momento muy fuerte.

Carmen Barbieri

Sin lugar a dudas, una de las notas más esperadas por estas horas, tiene que ver con la entrevista que le hizo Rolando Barbano a Máximo Thomsen, uno de los asesinos de Fernando Báez Sosa para Telenoche. Fue en Mañanísima, el ciclo que conduce Carmen Barbieri en Canal Trece donde dieron un adelanto y la conductora se mostró tajante.

«Cuando vos ves que un muchacho tan joven perdió la vida, el futuro y se pone a llorar de esta manera… Yo creo que nadie quiere matar a otra persona, pero si se te va la mano…”, comenzó diciendo la madre de Fede Bal, cuando comenzó a ser cuestionada por su compañero, Ricardo Canaletti.

“No lo estoy defendiendo. Ojo, a ver si malinterpretan. Al contrario. Imagínate si fue mi hijo ese que en las manos de este chico se le va la vida…. Se me llenan los ojos de lágrimas. Lo veo llorar con sinceridad y por qué no va a llorar. Si perdió la vida. Tiene que estar encerrado de por vida, pero hay que escuchar a la gente. Yo creo que todo el mundo merece un defensor y todo el mundo merece ser escuchado ahora, aún un asesino», aseveró.

Luego, Carmen Barbieri volvió a tomar las palabras y explicó lo que siente en torno a este crimen que sacudió a todo el país. «En el corte me retaron por el tema de que digo que si yo fuese la madre de la víctima estaría destruida», aseveró la presentadora de Mañanísima.

“Y yo admiro esa mujer que se levanta y sigue luchando por la justicia y además atiende a otras madres que han perdido a sus hijos de esta manera y las escucha y les habla… Yo hablo como mamá. Y me pongo en la mamá de este chico, de este personaje, y también me duele el corazón», acotó.

«No quisiera ser la madre de ese personaje. Y no quisiera ser la madre de la víctima. Ay, me voy a poner a llorar… No quisiera porque de los dos lados están arruinadas las familias, de los dos lados es un desastre. Mira mi querido Fernando Báez Sosa, pobrecito…», sentenció.