Bolivia vivió horas de incertidumbre cuando un grupo de militares irrumpió en la plaza Murillo, en La Paz, la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo del país. Estas escenas, que no se veían desde la crisis social de 2019, reavivaron temores y recuerdos de la inestabilidad política que ha marcado a la nación sudamericana. Sin embargo, el expresidente boliviano, Evo Morales, afirmó en un tuit que todo el acto se trató de una farsa comandada por el actual mandatario, Luis Arce, para generar una suerte de «lastima» en los votantes por el supuesto intento de golpe y así, aumentar la popularidad para las proximas elecciones.
«El presidente, Luis Arce, engañó y mintió al pueblo boliviano y al mundo. Es lamentable que se use un tema tan sensible como la denuncia de un golpe. Frente a esa realidad, debo pedir disculpas a la comunidad internacional por la alarma generada y agradecer por su solidaridad con nuestro país. Es importante que una investigación completa e independiente demuestre la verdad de este hecho», señaló Morales en su cuenta personal de la red social X.
Arce no tardó en responder en las redes sociales al descontento de Morales y le dijo: «Evo Morales, ¡No te equivoques una vez más! Claramente lo que ocurrió el 26 de junio fue un #GolpeMilitarFallido en #Bolivia ¡No te pongas del lado del fascismo que niega lo ocurrido! Los responsables que buscaron tomar el poder por las armas, están siendo procesados y serán juzgados, como fue el caso de los golpistas de 2019″.
Contexto del supuesto golpe
La llegada de los militares al centro político de Bolivia fue rápida y contundente. En cuestión de minutos, los uniformados comenzaron a desalojar a la gente del lugar. La tensión aumentó cuando el presidente Arce utilizó sus redes sociales para alertar sobre las acciones no autorizadas del Ejército en las inmediaciones de la sede del Gobierno. Este mensaje encendió las alarmas y generó una ola de preocupación en la población y en la comunidad internacional.
El comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, encabezó el grupo de militares que intentó ingresar a la Casa Grande del Pueblo. Zúñiga, quien había sido ratificado en su cargo por Arce a principios de año, justificó su accionar argumentando que buscaba «restablecer la democracia» y liberar a los presos políticos. Sin embargo, después de aproximadamente cuatro horas de tensión, los militares se replegaron y Zúñiga fue capturado.
Elecciones 2025
Morales, quien lidera una facción del Movimiento al Socialismo (MAS) en disputa con Arce, reiteró su llamado a la unidad del pueblo boliviano y a la defensa de la democracia. La crisis actual se enmarca en un contexto de pugna interna en el MAS, de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
La relación entre Arce y Morales se ha deteriorado significativamente, con acusaciones mutuas y una lucha por el liderazgo del partido. Esta división dentro del oficialismo añade una capa de complejidad a la ya tensa situación política y social en Bolivia.
Finalmente, la incertidumbre económica también juega un papel crucial en esta crisis. La falta de dólares y combustible ha generado descontento y protestas en diversos sectores del país. Arce enfrenta el desafío de estabilizar la economía y recuperar la confianza de la ciudadanía en medio de esta agitación política. La intervención militar de este miércoles no solo exacerba la tensión política, sino que también pone en riesgo la frágil estabilidad económica del país.
