Nazarena Vélez decidió abrir su corazón y habló de lo que tuvo que soportar. Fiel a su estilo directo, la actriz se presentó en un famoso programa uruguayo y se refirió a las adversidades a las que tuvo que hacerle frente mientras debía mantenerse fuerte para sus tres hijos: Barbie, El Chyno y Thiago.
«Yo creo que la vida es una mier… y es hermosa a la vez. Que tiene momentos de mier…, donde vos decís ‘no lo puedo creer, me estoy muriendo’. Perdí un ser amado, los momentos trágicos, lamentablemente, siempre llegan», dijo la artista a modo de reflexión.
En ese marco, Nazarena Vélez remarcó: «Siempre vas a perder a un ser amado, más tarde, más temprano, pero nos toca a todos. Entonces, empecé a ver la parte linda de la vida, siempre digo que mis hijos me salvaron y ahora mi nieto. El ser mamá…» no sé que me hubiese pasado después de lo de Fabián que me quedé en la calle, con deudas».
Además, la integrante de LAM se refirió al trágico fallecimiento del papá de su hijo menor y habló de su malestar tras el suceso que marcó un antes y un después en su vida. «De la forma que falleció, con un nene de tres años preguntando todos los días por su papá, no sé que podía pasar en mi vida si no miraba a mis hijos», expresó.
Por último, Nazarena Vélez dijo que estuvo al borde de padecer una afección mental: «Tuve momentos de mucha locura, todo me llevaba para el lado místico y puede ser peligroso. El suicidio es una muerte muy injusta y muy difícil de explicar, a eso lo sumé a la muerte de mi hermana. Por eso yo a la locura le tengo mucho respeto».
Fuerte reflexión
La mediática no se calló nada y habló de la dinámica cruel de la industria del entretenimiento cuando empezó incursionar en el rubro. «A mí me gusta pasarla bien, la vida fue muy dura conmigo entonces cuando la vida se pone linda, buscarte momentos incómodos me parecen innecesarios», confesó la famosa sin tapujos.
Nazarena Vélez dio a conocer lo que tuvo que vivir y que era algo habitual en el mundo del espectáculo: «Era lógico que un tipo te persiga y que a cambio de un trabajo se quiera acostar con vos, entonces tenías que armarte un carácter porque sino te pasan por encima, te pisan, más cuando decidí mostrar el cuerpo. La típica ‘te pusiste la pollerita’, eso me hizo forjar mucho carácter».
