El Índice de Precios Internos al Por Mayor (IPIM) marcó en octubre una variación de solo 1,2%, consolidándose como el registro más bajo en 53 meses, para alivio de Luis Caputo. Este dato, que representa una desaceleración de 0,8 puntos porcentuales respecto a septiembre envía una señal alentadora sobre el rumbo de la economía en materia de inflación. El índice no mostraba una suba tan baja desde mayo de 2020, lo que refleja el impacto de las políticas económicas orientadas a contener la inflación mayorista.
El IPIM, que mide los precios a los que productores e importadores venden sus bienes en el mercado interno, incluyendo impuestos, mostró dinámicas diferentes entre los productos nacionales e importados. Mientras que los nacionales registraron un aumento del 1,3%, los bienes traídos del exterior evidenciaron una caída del 0,5%. Dentro de los productos nacionales, se observaron incrementos del 1,8% en los productos primarios, un 1,2% en los manufacturados y un 2,5% en el costo de la energía eléctrica.
Un indicador clave para la inflación futura
El presidente Javier Milei ha destacado en varias oportunidades que los precios mayoristas son un anticipo de la inflación al consumidor. En este sentido, el comportamiento del IPIM en octubre podría anticipar una moderación de la inflación minorista en los próximos meses. Para el Gobierno, que busca acercarse a una inflación general «cercana a cero», este resultado es un respaldo a su estrategia económica y una señal de que la estabilidad cambiaria y la reducción de las presiones fiscales comienzan a rendir frutos.
Caputo ha señalado que estos datos representan “un paso crucial” en el proceso de desinflación. «La desaceleración de los precios mayoristas no solo fortalece la confianza en nuestra política económica, sino que también envía un mensaje claro a los mercados sobre la sostenibilidad de las medidas adoptadas», aseguró en una reciente conferencia de prensa.
Factores que impulsaron la baja
El informe detalla que la disminución en los precios de los productos importados jugó un papel relevante en este resultado, vinculado a la estabilidad cambiaria y a la menor presión de los costos logísticos. La energía eléctrica, por otro lado, presentó un aumento del 2,5%, lo que evidencia que ciertos sectores aún enfrentan desafíos para reducir costos. Sin embargo, el avance en los productos manufacturados y primarios dentro de un rango controlado indica que las expectativas inflacionarias podrían estar comenzando a alinearse con los objetivos oficiales.
Aunque los resultados son alentadores, los analistas advierten que será clave mantener la estabilidad cambiaria y contener posibles aumentos en los costos regulados, como tarifas de servicios públicos, para evitar un rebote inflacionario. “El índice mayorista es un buen indicador de las tendencias generales, pero debemos ser cautos. La inflación es un fenómeno complejo que responde a múltiples variables, y este es solo un paso en un camino largo”, comentó Juan Manuel Franco, economista jefe de SBS.
El IPIM de octubre no solo marca un récord en términos de desaceleración, sino que también abre la puerta a un optimismo cauteloso respecto al futuro de la inflación en Argentina. Si la tendencia continúa, los precios minoristas podrían mostrar una moderación significativa en los próximos meses, acercando al Gobierno un paso más hacia su ambicioso objetivo de estabilizar la economía.
