El vino Malbec blanco fue desarrollado en Argentina hace casi doce años, con la finalidad de explorar y celebrar la ductilidad de la uva Malbec. Argentina es un país reconocido en el mundo tanto por sus vinos tintos como por sus carnes. Sin embargo, en lo que respecta a vinos blancos argentinos, existe un interés en ascenso por parte de los aficionados más selectos alrededor del mundo. Incluso, hay estudiosos que arriesgan la posibilidad de una una nueva categoría originaria exclusivamente del país latinoamericano: el Malbec blanco.
La producción argentina de vino blanco presenta una más que interesante historia. Varietales blancos, tales como Moscato, se introdujeron al territorio por colonos españoles tan temprano como el siglo XVI.
Durante los tres siglos siguientes, variedades de uvas tintas, blancas y rosadas se extendieron de norte a sur a través de la Cordillera de los Andes, variando su hegemonía de acuerdo a los gustos de la época. Para la década de los setenta, los vinos blancos se instauraron de manera firme como tendencia y su producción llegó a eclipsar de los vinos tintos por algunos años, Con distintas inversiones, la producción de vinos tintos continuó de manera exitosa durante los ochenta.
Los proyectos de expansión del siglo XXI
Las uvas Malbec crecen de manera extendida en Argentina desde hace más de 150 años. Su tonalidad púrpura oscura y aromas ricos a ciruelas y frutos rojos resulta ideal para la producción de vinos tintos poderosos, suaves y de calidad. Sin embargo, también es posible alcanzar otros registros de vino, desde rosés hasta blancos.
En años recientes, productores viñateros estuvieron experimentando con la posibilidad de elaborar un vino Malbec blanco. Existe una técnica denominada blanc de noir que es habitual para variedades tales como Pinot Noir, especialmente, para la producción de vinos espumantes. Sin embargo, el Malbec blanco supone una verdadera innovación.
Sorprendentemente, el vino blanco procede de uvas Malbec negras, ellas son cosechadas antes de tiempo para concentrar acidez, y se prensan de manera inmediata para exista el mínimo contacto posible con la piel y el jugo sea lo claro. Muchos productores, asimismo, emplean técnicas especiales para aclarar el vino antes del embotellado. El primer vino Malbec blanco se lanzó en Argentina en el año 2011, por la familia Vicentin y la empresa Colosso Wines. Desde entonces, han surgido muchas bodegas que se dedican a producir este nuevo estilo.
Técnica de elaboración
Resulta imposible referir al Malbec blanco sin mencionar su matiz cristalino y único. Ello responde a una técnica desarrollada ad hoc y que consiste en el agregado de una cantidad específica de oxígeno para conseguir ese color claro tan característico. Sin embargo, tanto el color como el sabor pretendido y el perfil aromático del Malbec blanco comienza en los viñedos.
En efecto, la uva se cosecha, como mencionamos, de manera temprana, generalmente en enero (un mes o más antes de la cosecha para el Malbec tinto). La fruta más joven presenta una menor concentración de azúcares. Lo cual resulta en un vino con menor graduación alcohólica y muchos brillos de acidez natural.
En la bodega, las bayas se prensan de manera gentil e inmediatamente se les separan las pieles, minimizando el contacto al máximo. Recién entonces se procede al agregado de oxígeno durante la fermentación, lo cual reduce aún más el color. Finalmente, el vino se filtra antes del embotellado con el fin de optimizar el clarificado.
En suma, el proceso de fermentación completo precisa de quince días. El resultado final es un vino de cuerpo medio con 10,5 de graduación alcohólica. En lo que respecta al maridaje del vino Malbec blanco, debería tratarse de manera similar a otros vinos blancos. A saber, servirse frío junto a platos de carnes blancas, maricos y ensaladas ligeras. De esa manera, el vino Malbec blanco resulta una opción superlativa para este incipiente verano austral.