No es una novedad que el vino argentino se halle en alta estima en el mercado internacional, pero contrario a lo que pudiera especularse, el más costoso de ellos no es el clásico Malbec, sino un Merlot. Se trata entonces de un tinto patagónico que, aún antes de su lanzamiento al público en general (previsto para mediados de este año), ya ostenta el determinante epíteto del vino más costoso del país.
En concreto, se trata de un vino compuesto por un blend de cuatro añadas consecutivas (2019, 2020, 2021 y 2022) predominantemente elaborado a partir de uvas Merlot, con sutiles añadiduras de Malbec y Petit Verdot. El nombre de este notable ejemplar es Ribera del Cuarzo Puro, y supondría un ejemplo cabal de la antigua tradición vitivinícola, según la cual y por fuerzas que parecen exceder el entendimiento humano, algunas barricas adquieren cualidades sobresalientes que las distinguen de otras, incluso de la misma cosecha. Allí se conjuga más que la propia metodología de cosecha y es lo que en ocasiones se conoce como terroir.
El preámbulo de su origen
En efecto, este vino Merlot se elaboró a partir de aquellas barricas que se destacaron tanto por su calidad y como por su expresión respecto a las demás de la cosecha. Se trata de apenas una barrica por añada, de modo que su producción es muy escasa. De hecho, solamente se produjeron un total de seiscientas botellas magnum, es decir de un litro y medio cada una, de este vino.
Su ya afamada cotización responde a una historia de larga data entre Felipe Menéndez, el director de la bodega Ribera del Cuarzo y un importante empresario chino. En efecto, en el año 2018, Menéndez asistió junto a su padre a un viaje hasta la zona portuaria de Shanghái. Allí, en el marco de una cena de camaradería, el empresario, conocido solamente como «Mr. Lee», manifestó un profundo interés por Argentina y, particularmente, la Patagonia.
Mr. Lee, aparentemente, tenía la idea de producir alimentos con materia prima del país. De ese modo, los Menéndez ofrecieron gestionar un recorrido por el Valle de Río Negro con el propósito de dar a conocer productores de frutas y vinos de la zona. Eventualmente, el empresario chino arribó al fin la Patagonia y, luego de recorrer distintos productores, recibió la oferta de visitar el viñedo Araucana.
Como era de esperarse, Mr. Lee quedó obnubilado tanto por el territorio como por sus habitantes, de modo regresó el siguiente año con la compañía de algunos amigos amigos. No solo eso, los viajes a la Patagonia argentina se repitieron también el siguiente y subsiguiente año.
Historia y cotización
La pasión de Mr. Lee por la Patagonia y por sus vinos no hizo sino ir en aumento con cada visita. Eventualmente, la bodega Ribera del Cuarzo llevó a cabo un viaje de negocios al gigante asiático y tomaron la decisión de visitar por Shanghái para corresponder la cortesía de Mr. Lee, ofreciéndole una exclusiva cata de carácter privado en su casa. Fue así que presentaron varios vinos, incluyendo, por supuesto, el nuevo ejemplar que todavía se encontraba en bodega, sin haber llegado siquiera al mercado.
Fue tal la impresión que se llevó Mr. Lee de este vino que, una vez que hubieron regresado a Argentina, el equipo de Menéndez se llevó una sorpresa impactante. En efecto, se encontraron con la transferencia de una importantísima suma de dinero. Se trató de seña de Mr. Lee por el blend Merlot de añadas que probó durante la cata en su hogar.
Al explicársele que el vino no solo no estaba aún a la venta, sino que ni siquiera se había establecido todavía el precio, Lee respondió resolutivamente diciendo que él pagaría mil dólares por cada botella y que compraría las seiscientas que componían el total del lote. Más allá de la generosa oferta del empresario, la bodega respondió que, si bien aceptaban la seña, no podrían venderle la totalidad del lote, ya que tienen intenciones de comercializarla en Argentina.
