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ECONOMÍA

La incertidumbre por el acuerdo con el FMI cambió las reglas de juego: los inversores esperarían un nuevo esquema cambiario

«El mercado espera mayores definiciones sobre las condiciones del acuerdo para reducir la incertidumbre», expresó un informe.

Dólares

El mercado financiero argentino comenzó a mostrar señales de nerviosismo ante la falta de definiciones concretas sobre el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien se descuenta que el entendimiento se firmará, lo que está en juego es el monto de fondos frescos que recibirá el país y, sobre todo, qué sistema cambiario adoptará el Gobierno tras el eventual acuerdo. Esa incertidumbre reconfigura el escenario y debilita el atractivo del carry trade, que fue el ancla de la estabilidad en los primeros meses del plan Milei.

Desde diciembre de 2023, con un crawling peg del 2% y luego del 1% mensual, el esquema favoreció las colocaciones en pesos por sobre la dolarización. La ganancia en moneda local, en un contexto de tipo de cambio controlado y rendimientos reales positivos, alimentó una dinámica conocida: pesificar, hacer tasa y luego volver al dólar.

Pero esa ventana de oportunidad parece estar cerrándose. Un informe reciente de Econviews lo resume de forma categórica: «El círculo virtuoso que había logrado el gobierno se revirtió y dio paso a un círculo vicioso. El mercado espera mayores definiciones sobre las condiciones del acuerdo para reducir la incertidumbre. Mientras tanto, sube la brecha, caen las reservas y crece el nerviosismo».

Freno a la liquidación de divisas y caída de reservas

La venta neta de divisas por parte del Banco Central en las últimas seis ruedas superó los USD 1.200 millones, en lo que fue la peor racha desde el final del mandato de Mauricio Macri. En ese mismo período, la liquidación del complejo agroexportador cayó de USD 108 millones diarios a solo USD 64 millones, según datos de CIARA-CEC.

En ese contexto, los exportadores prefieren esperar: la posibilidad de una devaluación inminente, combinada con retenciones ya reducidas hasta julio, desincentiva la liquidación de divisas en el mercado oficial.

Qué esquema cambiario vendrá

El debate central ya no es si habrá acuerdo con el FMI, sino qué implicará en términos de política cambiaria. GMA Capital proyecta que un eventual programa por USD 20.000 millones dejaría solo USD 6.100 millones de libre disponibilidad para el Banco Central. Esa cifra, menor a la que el propio Gobierno dejó trascender en los últimos meses, plantea interrogantes sobre su capacidad para sostener la estabilidad cambiaria.

«El principal problema es la falta de incentivos para vender divisas. Si la tasa en pesos no compensa el riesgo de devaluación, no hay razón para que los exportadores liquiden o los importadores posterguen sus compras», señala GMA Capital en su último informe.

Presiones sobre el dólar y cambios de expectativas

La consultora 1816 suma un diagnóstico similar: la reciente ola de ventas del BCRA abrió un abanico de posibilidades para las próximas semanas. Si el Gobierno no logra frenar la salida de divisas antes de que lleguen los fondos del FMI, tendrá que optar entre intervenir en el mercado de futuros, ratificar explícitamente el crawling peg o lanzar un nuevo régimen cambiario.

A esa presión se suma un dato no menor: la licitación de deuda en pesos prevista para esta semana. En la última ronda, los bonos a tasa fija perdieron terreno mientras se fortalecieron los bonos dólar linked, una señal clara de que el mercado empieza a desconfiar del anclaje cambiario actual. El jueves se realizará la subasta y el martes se conocerán sus condiciones. La gran incógnita es si el Tesoro volverá a emitir títulos atados al tipo de cambio, una herramienta que el oficialismo había dejado de usar como símbolo de estabilidad.

El FMI, el dólar y las dudas de fondo

La definición del nuevo acuerdo con el Fondo es inminente, pero el mercado busca señales concretas. «El trasfondo sigue siendo si el FMI acepta o no dar fondos frescos a cambio de… nada», advierte LCG. Y agrega: «Nada no es poco: es mantener lo que ya se hizo, especialmente la conducta fiscal. Pero el FMI ya aprendió la lección argentina: no tiene sentido usar dólares escasos para defender una paridad que se percibe artificial».

Por ahora, el nuevo plan aún no está sobre la mesa y los inversores ya empezaron a dolarizarse. La estabilidad, sin un marco claro de referencia cambiaria, parece agotarse. Y el Gobierno enfrenta la presión de tomar una decisión: sostener el esquema actual o dar paso a una nueva etapa de su plan económico.