A horas de este mediodía, Luis Caputo desembarcó en Washington con una agenda intensa y, por primera vez en años, con un clima favorable para Argentina en la Asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI). El ministro arriba a la capital estadounidense acompañado por buena parte del equipo económico, en medio de señales positivas desde el organismo y un renovado interés global por el plan de reformas del Gobierno.
La misión oficial incluye encuentros con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, y una serie de reuniones bilaterales con autoridades económicas de potencias como Alemania, Francia, Italia, India y Países Bajos. También están previstas exposiciones ante fondos de inversión y banqueros, entre ellos JP Morgan, en un contexto en el que Argentina busca reposicionarse tras años de aislamiento financiero.
Un escenario distinto para Argentina
Caputo no llega solo. Lo acompañan el secretario de Política Económica, José Luis Daza; el presidente del Banco Central, Santiago Bausili; su vice, Vladimir Werning; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; y el ministro de Desregulación y Transformación, Federico Sturzenegger. Todos tienen actividades coordinadas en el marco de la Asamblea de Primavera, donde se definen lineamientos clave del sistema financiero internacional.
A diferencia de ediciones anteriores, esta vez el panorama luce distinto. El FMI aprobó recientemente un nuevo programa para Argentina, con un desembolso total de US$ 20.000 millones y un anticipo extraordinario de US$ 12.000 millones, cifra inusual para los estándares del organismo. El respaldo explícito se tradujo además en elogios públicos hacia el ajuste fiscal, la salida del cepo cambiario y la estabilidad lograda sin una devaluación brusca.
Apoyo político y técnico de los Estados Unidos
Durante su intervención del martes ante un panel del G24 en la sede del FMI, Quirno fue el primero del equipo en exponer los avances del plan económico. Bausili hará lo propio el miércoles junto a Rodrigo Valdés, jefe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, mientras que el jueves será el turno de Sturzenegger, quien compartirá un panel sobre desregulación económica con la propia Georgieva.
La directora gerente ya se expresó en varias ocasiones sobre el caso argentino. “Es un ejemplo de país que ha logrado grandes avances a través de reformas estructurales y disciplina fiscal”, afirmó durante su discurso inaugural. Y en una reunión privada con parlamentarios, agregó: “Hasta el momento vienen bien, creo que tenemos un buen historial”.
En paralelo, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, respaldó al Gobierno de Javier Milei. En una reunión organizada por JP Morgan, afirmó que su país estaría dispuesto a asistir a la Argentina con un préstamo especial si enfrentara turbulencias externas, siempre que mantenga la actual orientación económica.
Proyecciones favorables y contrastes globales
Mientras el FMI advierte sobre una posible desaceleración del crecimiento mundial y una suba de la inflación en economías centrales, Argentina aparece como excepción. Según el informe de Perspectivas Globales publicado ayer, se espera que el país crezca 5,5% en 2025 y que la inflación caiga hasta un rango de entre 18% y 23%, cifras que sorprenden incluso dentro del propio organismo.
Ese contraste alimenta el interés de inversores institucionales, que verán a Caputo este miércoles en un encuentro cerrado del JP Morgan, donde también estuvo presente el secretario del Tesoro estadounidense. El ministro argentino expondrá sobre la marcha del programa, el régimen de flotación cambiaria, las reformas fiscales y las oportunidades de inversión en el país.
Un cambio en la estrategia internacional
A diferencia de años anteriores, el Gobierno argentino desembarca con una estrategia activa en la Asamblea del FMI. Lejos del silencio o la defensiva, los funcionarios exponen, explican y buscan consolidar vínculos estratégicos. La presencia de Sturzenegger en paneles sobre desregulación y de Bausili en espacios monetarios apunta a mostrar que la agenda de reformas es integral, técnica y políticamente viable.
Caputo, que en su anterior visita buscaba destrabar el programa con el Fondo, ahora regresa con el acuerdo firmado, con reservas reforzadas y con una hoja de ruta clara. El objetivo en esta nueva etapa es acelerar la recuperación, consolidar la baja de la inflación y avanzar hacia la normalización financiera. Y en Washington, esa narrativa ya empieza a calar.