Sebastián Battaglia camina por la cuerda floja en su rol como director técnico de Boca. Los resultados importan pero el principal déficit parece ser el estilo de juego del equipo, que no logra convencer a los hinchas. Y, por lo visto, tampoco al consejo de fútbol. Antonio Serpa, periodista partidario del Xeneize, analizó la situación en TyC Sports y contó algunos detalles sobre los dirigentes: «Ya saben que se equivocaron».
«Nadie lo va a echar ahora, pero ya saben que se equivocaron. Que la apuesta que hicieron dándole la Reserva para que sumara experiencia y se convirtiera a su tiempo en el sucesor de Miguel Ángel Russo falló», manifestó el cronista. «Que Battaglia no es el técnico del futuro sino una coyuntura del presente cuya permanencia en el cargo dependerá de su capacidad de aguante», aclaró. ¿Este martes será una fecha clave?
Serpa aclaró: «El Consejo de Riquelme no lo va a despedir salvo una catástrofe (quedar fuera de la Copa en la fase de grupos, por ejemplo), pero incluso en ese caso confían en que sea él quien dé el paso al costado». Y añadió: «La conducción futbolística del club no quiere cargar con otro despido como el de Miguel y menos en plena competencia porque en definitiva significaría asumir públicamente el error de haberlo contratado».
Futuro imprevisible
El cronista comparó los ciclos de Battaglia y Russo y explicó que la llegada de ambos se dio en tonos similares y también el inicio de ambas conducciones. Pero además pueden tener el mismo final: «Los caminos de Battaglia y Russo se parecen asombrosamente. El equipo juega a la misma nada que jugaba el de Miguel y se sostuvo con algunos resultados (aquel título, el triunfo en el Monumental), pero en un par de semanas volvió a ser calabaza».
«¿Qué pasará ahora? Lo que tenga que pasar. Boca está jugado, entregado a su apuesta. En el Consejo hay preocupación porque se suman las bajas en un sector sensible como la defensa, que alguna vez fue el bastión de la resistencia», aseguró Serpa. Y cerró: «Todos esperan una reacción contra Always Ready, pero el futuro es imprevisible. Una verdadera paradoja tratándose de este equipo abúlico y previsible».