El Gobierno nacional se prepara para realizar un cambio clave en su estrategia cambiaria y reducir aún más el ritmo de actualización del dólar oficial. Desde el próximo lunes, el crawling peg pasará a moverse a un 1% mensual, en un contexto de inflación a la baja, recortes en la tasa de interés y una fuerte apreciación del peso en los últimos meses. La decisión marca la primera modificación de relevancia en el esquema que comenzó en diciembre de 2023, tras la devaluación inicial del 120%. A la vez, abre la discusión sobre qué mecanismo utilizará el Banco Central cuando esta herramienta desaparezca, algo que podría suceder en la segunda mitad del año si la inflación sigue descendiendo.
El equipo económico había anticipado que el ajuste del tipo de cambio oficial dependería de la evolución de la inflación. Según la hoja de ruta que trazó a fines de 2023, el crawling peg del 2% mensual se mantendría durante el primer trimestre y, si el IPC registraba tres meses consecutivos con una baja considerable, se analizaría una reducción aún mayor en el ritmo de actualización.
En este contexto, la inflación de diciembre cerró en 117,8% anual, lejos del 211,4% con el que terminó 2023. La moderación de los precios de bienes estacionales y la apreciación del tipo de cambio impulsaron la tendencia a la baja. Ante este escenario, el Gobierno decidió acelerar su plan y reducir el crawling peg antes de lo previsto.
Además de contener la inflación, el ajuste busca evitar que el tipo de cambio continúe atrasándose en términos reales, una situación que ya empieza a generar ruido en algunos sectores de la economía. Un peso apreciado puede incentivar las importaciones y desalentar las exportaciones, afectando el saldo comercial.
El debate sobre el nuevo esquema cambiario y el rol del FMI
El crawling peg, que inicialmente fue utilizado como ancla para la estabilidad del mercado cambiario, comenzó a generar efectos colaterales que el equipo económico busca corregir. En noviembre, el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, advirtió que el esquema dejó de contener los precios y se convirtió en un factor inercial que replicaba aumentos.
En paralelo, el Gobierno busca definir con el FMI los próximos pasos del esquema cambiario. La posibilidad de eliminar el crawling peg dependerá de las negociaciones con el organismo y de la capacidad del Banco Central para acumular reservas suficientes. Javier Milei ha planteado que necesita al menos USD 11.000 millones para recomponer el balance del BCRA antes de levantar los controles de capital.
El levantamiento del cepo es una de las prioridades del Ejecutivo, pero su implementación dependerá de dos factores: la evolución de la inflación y el acceso a financiamiento externo. Mientras tanto, el Gobierno mantiene un esquema de flotación administrada y continúa interviniendo en el mercado de dólares financieros para evitar una disparada de la brecha cambiaria.
Impacto en tasas de interés y financiamiento en dólares
La decisión de reducir el crawling peg al 1% mensual está directamente relacionada con la reciente baja de tasas que anunció el BCRA. Este jueves, la entidad presidida por Santiago Bausili recortó la tasa de política monetaria del 32% al 29% de TNA, mientras que la tasa de pases activos cayó del 36% al 33%.
El objetivo del Gobierno es que la menor devaluación y el descenso de tasas permitan consolidar la desaceleración inflacionaria sin generar tensiones en el mercado de deuda en pesos. Sin embargo, la reducción en el costo del dinero podría incentivar aún más el financiamiento privado en dólares, que ya creció de manera sostenida en los últimos meses.
Según estimaciones de la consultora 1816, los préstamos en moneda extranjera acumularon USD 4.300 millones desde septiembre, lo que le permitió al Banco Central comprar USD 5.500 millones en ese mismo período. La baja de tasas en pesos podría amplificar esta tendencia y poner más presión sobre el dólar financiero, obligando al BCRA a intervenir con más fuerza.
Los desafíos de la próxima etapa cambiaria
El Gobierno enfrenta un delicado equilibrio en su estrategia cambiaria. La reducción del crawling peg apunta a sostener el esquema de estabilización, pero también plantea interrogantes sobre su sostenibilidad en el mediano plazo.
Por un lado, la apreciación del peso mejora los indicadores de inflación y permite contener la demanda de dólares en el mercado oficial. Por otro, podría generar complicaciones para el sector exportador y acentuar la presión sobre los dólares financieros, que ya comenzaron a mostrar señales de recalibración en las últimas semanas.