El empate ante Independiente dejó mucha bronca en todo Boca. Hinchas, dirigentes y jugadores se cuestionan el resultado obtenido en Avellaneda por muchos motivos. En principio, porque el equipo estuvo en ventaja en dos ocasiones y no supo aprovecharlo. Y luego por el arbitraje de Facundo Tello, quien tuvo decisiones polémicas. En el medio de esta situación, pidieron «no llorar» con un palito para River: «Para eso ya está Gallardo«.
Antonio Serpa, periodista partidario del Xeneize, analizó el partido en TyC Sports y fue duro con todos: «Llovió como para ahogarse. Y a Boca se le ahogó el festejo. Un festejo que el equipo ya sentía cercano y que el técnico -sobre todo- necesitaba para romper una racha que le pesa: nunca ganó un clásico». «Pero ojo: Boca hizo agua antes de que la lluvia dejara definitivamente expuesto el papelón que fue el arbitraje de Tello», aclaró.
Para Serpa, Boca «volvió a padecer uno de esos goles que se sufren más porque son al final y te dejan un sabor amargo (justo que hablamos de Independiente)». Sus motivos son totalmente claros: «porque no consigue solidez, porque no puede mantener el cero en el arco propio, porque durante toda la noche sufrió las goteras, aun cuando la tormenta era una insinuación del cielo atravesado por los flashes».
El arbitraje de Tello
¿Qué dijo el periodista sobre la labor del juez principal? «Antes del papelón del final (si te bancaste toda el agua que había caído, bancate dos minutos más), Tello había tenido dos decisiones que merecen unas fechas afuera: no echó a Insaurralde por una trompada a Villa y más tarde le puso una segunda amarilla inexplicable a Fabra y dejó a Boca con diez», fue el crudo análisis que hizo al respecto.
Pero hubo más: «Entre la expulsión del lateral y el empate de Independiente pasaron apenas diez minutos. No vamos a decir ahora que el colombiano habría salvado esa pelota, justo él, pero sí que 11 contra 11 era otra cosa y en realidad debería haber sido 11 contra 10 desde los 19 del primer tiempo». Y el cierre fue letal: «Ahora hay que seguir y no tiene sentido llorar. Para eso ya está Gallardo».