Luego de haber regresado a Boca y de haberse coronado campeón en dos oportunidades en su segundo ciclo, Miguel Ángel Russo terminó siendo despedido como entrenador a mediados del año pasado tras una serie de malos resultados. Desde ese momento el experimentado DT prácticamente no habló, y de hecho se marchó al fútbol árabe a trabajar.
Ahora Miguel rompió el silencio en el programa Confesiones de TNT Sports donde dialogó con Juan Ramón Verón en una charla más que amena. Allí, el DT que también pasó por Estudiantes de La Plata y Rosario Central entre otros equipos repasó lo que fue su paso como jugador por el Pincha y como entrenador del Xeneize, puntualizando sobre todo en las noches de Copa Libertadores.
“Tuve distintas etapas como entrenador las cuales me fui acomodando a los cambios y viví momentos lindos y también malos. Estar en clubes que tienen historia en Copa Libertadores como Estudiantes te ayuda y te forma como entrenador porque creces con esa mística de ‘noches de Copa’”, indicó en primera lugar, a modo de introducción.
Luego recordó lo que fue su consagración como entrenador con Boca, uno de los puntos más altos en su carrera. “Tuve la suerte de dirigir a grandes jugadores en Boca en 2007, como Juan Román Riquelme, Martín Palermo, el Negro Ibarra y un montón de chicos que aparecían y que fueron creciendo de la mano mía”, aseguró Russo con orgullo.
Al mismo tiempo reflejó lo que siente el hincha al disputar el torneo más importante de América. “La Copa Libertadores es otra cosa; para los equipos grandes no es lo más importante; es lo único”, argumentó, y por último, Miguel habló del final de su primer paso por Boca. “Ganamos la Copa Libertadores, pero después perdí la final con el Milan (Mundial de Clubes) y me tuve que ir”, cerró.
