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Oscar Ruggeri y una firme opinión sobre el caso Salvio: «Plata y fama»

El «Cabezón» analizó la situación que atraviesa el delantero de Boca. Y explicó lo difícil que es manejar grandes sumas de dinero.

El "Cabezón" analizó la situación que atraviesa el delantero de Boca. Y explicó lo difícil que es manejar grandes sumas de dinero.

La situación que atraviesa Eduardo Salvio generó un gran debate en todo el fútbol argentino. El crack de Boca fue denunciado por su expareja, Magalí Aravena, y enfrenta una acusación de atropellar a la madre de sus hijos. Oscar Ruggeri se metió de lleno en el tema y soltó una firme opinión sobre lo que sucedió y también una profunda reflexión sobre los problemas que rodean a los futbolistas: «Plata y fama».

En «ESPN F90» le preguntaron al experimentado exjugador cómo será el paso a paso del «Toto» a partir de ahora. «El plantel va a estar cerca, lo va a acompañar. Pero es una situación difícil. En el vestuario te hablan. Qué podemos hacer por vos, cómo estás…», opinó. Y luego añadió: «El tema de la plata es complicadísimo, por más que la gente no lo crea. Agarrar guita grande y fama es un combo tremendo».

El «Cabezón» marcó una diferencia muy grande entre dos tipos de futbolistas: el que tiene un círculo íntimo y el que no. «No es lo mismo el que tiene la fortuna de llegar a su casa, estar con su familia y estar bien, que dice que se va a jugar o a concentrar y vuelve y está la familia esperándolo, que el que no tiene eso. ¿Sabés lo que es que una pareja o una familia esté mal y discutir, discutir, discutir?», sostuvo.

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«No pensás en el partido y vas en el auto a la concentración, peleado, por ahí te estás por separar y no sabes qué hacer con los chicos, si los vas a ver, es un quilombo…», continuó Ruggeri sobre el tema. «Abrir la puerta de tu casa y que vengan los chicos corriendo y te sientes a la mesa con tu mujer, con tu papá y tu mamá, no es lo es mismo que abrir la puerta de tu casa y estar solo. Es bravo», aseguró.

Oscar aclaró: «Yo tuve la suerte de que mi mamá y mi papá eran de clase normal, no me sobró nada pero no me faltó jamás de comer y me educaron con humildad, con respeto, me enseñaron a darle valor a las cosas y a disfrutar de esas cosas que costaban». «A un tipo joven, que de pronto le firman un contrato de 10 millones de dólares… ¿cómo hacés?», cerró el campeón del mundo en México 1986.