En la tarde de hoy el Tribunal Oral Federal número uno de La Plata, a cargo de los jueces Andrés Basso, José Michilini y Alejando Esrmoris, condenó a Miguel Etchecolatz y Julio César Garachico. Ambos acusados de crímenes de lesa humanidad en la última dictadura militar en el Centro Clandestino de Detención conocido como «Pozo de Arana» obtuvieron prisión perpetua.
En el veredicto se detallan delitos de «privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos y homicidio calificado» en perjuicio de Jorge Julio López, Norberto Rodas, Alejandro Emilio Sánchez, Patricia Dell Orto, Francisco López Muntaner, Efraim Guillermo Cano y Ambrosio De Marco según consignó NA. En esta causa, el caso del mencionado López fue determinante.
Jorge López declaró por última vez en 2006, año de su desaparición, y describió las torturas que él y otras personas sufrieron a cargo de Miguel Etchecolatz y Julio César Garachico. Además, se le pidió al Poder Ejecutivo bonaerense las bajas al estado policial por «exoneración» de ambos condenados que contaban con cargos de avanzada.
La curiosa defensa de Miguel Etchecolatz
Este juicio comenzó en agosto del 2021 y Miguel Etchecolatz decidió leer un escrito por primera y una vez. Allí explicó que no respondería ningún interrogatorio porque «hacerlo convalidaría la ilicitud de esta causa y, más aun, avalaría su actuación cuando violan sádicamente la Constitución Nacional». Finalmente fue condenado como coautor de los asesinatos de Rodas y Sánchez.
Sin embargo, esta estrategia no la empleó solamente en esta ocasión. En sus últimos juicios también hizo lo propio aunque el resultado final para todos los casos fue igual: prisión perpetua. En total tiene diez juicios que terminaron de igual modo por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar con el apoyo de Ramón Camps.
