A lo largo de los años, Juan Román Riquelme construyó una carrera histórica como jugador de Boca. Tal es así que ahora es considerado uno de los más grandes ídolos de todos los tiempos en el Xeneize. Ahora que está en su nuevo rol como vicepresidente, algunos excompañeros suyos los critican. Y por eso un exintegrante del club de la Ribera salió a defenderlo de esos comentarios negativos: «Me duele que salgan a matarlo».
Diego Rivero, exfutbolista de Boca, solo tuvo elogios para Riquelme: «Líder es tratar de ayudar siempre al compañero, después si somos amigos no importa. Las cosas claras. El líder siempre hace cosas que no se ven y no lo está divulgando. Eso es lo más lindo y valorable para mí». «He visto a Román con muchachos que por ahí no hablaban mucho, dándoles consejos y siempre poniéndole la espalda», agregó.
En una entrevista concedida a «DSports Radio», el «Burrito» profundizó en su postura y dejó en claro que le molesta ver cómo excompañeros de Riquelme lo critican. «Lastimosamente me duele ver que algunos jugadores salgan a matarlo cuando él se inmoló por ellos, pero son situaciones que pasan. Por eso el líder siempre hace cosas y nadie se entera. Siempre para que el equipo mejore y gane«, sostuvo.
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«A Román lo veo feliz. Lo cagan a palos, pero ojalá que siempre le vaya bien. Lo quiero un montón», dijo Diego sobre esta nueva versión de Riquelme, siendo el director deportivo del club. «No estoy en el día a día, no sé las cosas que hace, pero está todo el día pensando en el club, en las mejoras, tratar de hacer bien las cosas… A la vista está, las inferiores están bien, sacan chicos», señaló.
Además, contó por qué no va a La Bombonera: «No, se pone nervioso (por Riquelme). Hay que dejarlo tranquilo. Tengo la suerte de que me invite a comer. Me encantaría, pero es tanta la adrenalina que se maneja que prefiero que esté tranquilo». Y cerró con una opinión sobre el Superclásico: «No veo a River más vulnerable, está muy bien. Son muchos años de competir ahí arriba y los rivales te van conociendo. Los clásicos se viven, no importa cómo se juegan. La gente se tiene que ir contenta a la casa».
