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SOCIEDAD

Crimen de Fernando Báez Sosa: Por qué nunca fue imputado el «rugbier 11»

El rugbier número 11 se presentará a declarar por el crimen de Fernando Báez Sosa el lunes a pesar de nunca haber sido imputado.

Fernando Báez Sosa

El crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero del 2020, conmocionó a todo el país. Un grupo de rugbiers atacó al joven a la salida de un boliche en Villa Gesell y por las cámaras de seguridad constataron que se trató de 10 personas que se movían en grupo. Sin embargo, con el correr de las horas se conoció que había una persona número 11 involucrada.

Se trata de Tomás Collazo, quien para ese momento tenía 17 años y algunos meses. Si bien era menor de edad, la Justicia nunca lo imputó e incluso su nombre quedó descartado antes que Juan Guarino y Alejo Milanesi queden sobreseídos. Recién ahora, tres años más tarde, su nombre reaparece en escena pero es porque el lunes se presentará a declarar.

¿Por qué nunca fue imputado?

Durante casi todas las audiencias, el abogado de los rugbiers, Hugo Tomei, pide que realicen un croquis para ubicar donde estuvo cada persona durante el ataque a Fernando Báez Sosa. En ninguno de los casos señalaron a Collazo en la escena del crimen ni a sus alrededores, por lo que la Justicia consideró que no tiene elementos para ser acusado.

De todos modos, el joven aparece justo a los otros 8 imputados dentro de Le Brique según dejan ver las cámaras de seguridad. A favor de Collazo hay dos puntos centrales sobre los que se apoyó el Poder Judicial para considerar que él no tuvo nada que ver en este crimen, que a finales de enero se conocerá la sentencia para los acusados.

El primer punto es que el rugbier número 11 no se hospedó con el resto del grupo durante sus vacaciones en Villa Gesell. Por el contrario, él se encontraba con sus padres y por las noches salía con sus amigos. De esta manera, no tiene prendas ni contacto con ninguna persona que estuvo cerca del cuerpo de Báez Sosa porque se retiró del lugar durante la golpiza y nunca más se juntó con ellos.

De todos modos, la Justicia constató que se conocían entre ellos y que incluso formaba parte del grupo de WhatsApp de aquel momento. El otro punto a favor que tiene es que por las cámaras de seguridad nunca se lo ve golpeando a nadie ni obstruyendo la defensa de parte de los amigos de Báez Sosa, lo que lo convierte en una persona ajena al asesinato que ahora declarará para la defensa.