Boca viene de un partido muy duro el último domingo contra Rosario Central donde logró quedarse con el triunfo por 2-1. Lo mejor del equipo de Sebastián Battaglia comenzó a verse en el segundo tiempo y esto coincidió justamente con la salida de Eduardo Salvio, el ingreso de Aaron Molinas y la ruptura del esquema 4-3-3.
Los cambios de Battaglia
El caso es que ahora el entrenador del Xeneize evalúa seriamente colocar un 4-2-2 que le dé mucho mayor volumen de juego al equipo y menos verticalidad. El primero que pagaría los platos rotos es Salvio, y esto es principalmente porque no se encuentra en el nivel que todos esperan. Según el cuerpo técnico, la lesión y el largo tiempo de inactividad hace que todavía no esté en ritmo.
Con Jorman Campuzano y Pol Fernández como inamovibles, sumado a que en la delantera Darío Benedetto y Sebastián Villa no se tocan, quedan dos lugares por definir en la zona ofensiva. Hoy en día quien parece haberse ganado un lugar por la banda izquierda es Juan Ramírez, siendo uno de los pocos zurdos en esa posición.
Por otra parte, Molinas está teniendo muy buenos rendimientos, siendo un generador de juego. Lo mejor del juvenil se vio ingresando desde el banco de suplentes, aunque también podría tener su chance desde el arranque parándose como un enlace neto. El Pulpo Gonzaléz fue una grata sorpresa contra Aldosivi, y el cuerpo técnico lo tiene en cuenta para partidos chivos por su personalidad.
Alguien que recibió muchos elogios por parte de Juan Román Riquelme fue Agustín Almendra, quien salió del equipo titular por una lesión de la cual ya está recuperado. Por último aparece Oscar Romero, quien llegó como refuerzo recientemente y tiene características diferentes a los demás, además de ser zurdo. Lo que está claro es que Battaglia tiene variantes para elegir.