La droga adulterada en Puerta 8 generó un revuelo político en el oficialismo. En este caso hubo un intercambio mediático entre el ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, y el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni por el hecho que despertó varios entrecruzamientos. La situación ha generado malestar en el Frente de Todos y hay divisiones cada vez más marcadas.
Todo sucedió a raíz de un retuit de Fernández en el que se burlaba de la frase de Berni a través de un meme. Al ser una de las figuras más importantes del Gobierno nacional, el movimiento en la red social se viralizó rápidamente y Aníbal decidió borrarlo, pero el daño ya estaba hecho. Tras el escandalo, los medios le preguntaron a Berni.
«La verdad que no me causa nada de gracia. Estamos ante un grave problema, donde están muriendo bonaerenses y si el ministro tiene alguna frase mejor y que concientice a aquellos que pueden evitar la muerte consumiendo esta droga que está envenenada que lo haga o tal vez…es una sensación no más», sostuvo Berni en Todo Noticas.
«Dejemos las cosas en claro. Acordé con Sergio Berni ayudarlo a tratar de advertir respecto del consumo de droga, atento a lo que estamos viendo. Mis compañeros subieron esa imagen suponiendo que ayudaría. Me pareció un horror y lo borré. Si alguien se sintió mal, pido disculpas», sentenció el ministro de Seguridad nacional tras borrar el tuit de las discordia.
Otros cruces mediáticos
Aníbal Fernández desde que asumió como ministro de Seguridad tras las PASO legislativas del 2021 rápidamente marcó sus diferencias con Berni en referencia al uso de las pistolas Taser en la policía. “La Argentina no está preparada para eso, ni de casualidad”, había afirmado Fernández. En cambio el ministro de Axel Kicillof insistió en que las pistolas eléctricas generan menos daños y son más seguras.
También discreparon con respecto al conflicto que persiste en el sur del país con los mapuches que le reclaman al Estado nacional algunas tierras en Río Negro. Por un lado, Berni calificaba de acto terrorista la quema de propiedades y actos vandálicos por parte de los manifestantes, mientras que Aníbal negaba el traslado de la Gendarmería para reprimir.
