Franco Colapinto es la gran esperanza del automovilismo argentino de poder volver a ver un piloto del país en la Fórmula 1. El joven corredor, que desde adolescente viene destacando en las categorías de automovilismo en Europa, este sábado logró la que es hasta ahora su mejor victoria. Ganó, y de forma épica, en el mítico circuito de Imola, para obtener la victoria en la carrera sprint de Fórmula 2.
Esta es la séptima competencia del año para el joven argentino en la segunda categoría más importante del automovilismo mundial. Hasta ahora venía teniendo un rendimiento dispar, con buenas remontadas en algunas carreras y otros resultados discretos. Pero fue este sábado en Imola, un lugar especial para él, donde pudo ganar por primera vez.
Colapinto largó segundo en la carrera sprint, una competencia más corta, de 25 vueltas, que la carrera principal. Si bien perdió un lugar de entrada, un accidente llevó a un reinicio de la carrera y Colapinto empezó a ganar posición en la pista, quedando segundo del estonio Paul Aron. Poco a poco, el argentino empezó a preparar el asalto final.
En la última vuelta, Colapinto se le metió por adentro a Aron y en una maniobra arriesgada logró pasarlo para terminar ganando la carrera. Pese a las quejas del estonio, que acuso al argentino de hacer una maniobra ilegal, Colapinto terminó ganando su primera carrera sprint en Fórmula 2. Y en el mismo lugar en el que había ganado su primera carrera en Fórmula 3. Una pista especial.
El argentino corrió con el nombre de Juan María Traverso en su coche, un homenaje al histórico piloto de Turismo Carretera, fallecido en la última semana. Y además, con los colores de Argentina. En el podio, Colapinto se emocionó con el himno nacional argentino, que sonó fuerte en la segunda máxima categoría del automovilismo mundial. Y que quizás vuelva a sonar pronto en la Fórmula 1.
