El evento es la primera evaluación mundial de los progresos realizados desde el histórico Acuerdo de París de 2015 para limitar el calentamiento global.
Kiev desconfía profundamente de cualquier «garantía» de seguridad menos vinculante, dado que la invasión rusa ya pisoteó el llamado Memorando de Budapest.
El nuevo proyecto obtuvo el primero de los tres votos necesarios para convertirse en ley, ante los gritos de «vergüenza» de los legisladores opositores.