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Según Longobardi, el dirigente liberal representa una suerte de outsider de la política que no está en sus cabales para gobernar.
Según Longobardi, el oficialismo ya no tiene margen para cambiar el rumbo económico en lo que le resta de mandato.
Según Longobardi, los dirigentes del Frente de Todos no están generando alianzas positivas en el plano internacional.
Según Longobardi, el país está atravesando un embudo de incertidumbre y la política sigue jugando su propio partido.